DEsde un rincón de la Asturias profunda penetrado por la fibra óptica, también nos rompe el corazón los trece mil niños asesinados en Gaza, las madres ROTAS de estos niños y los padres desgarrados en su corazón por la indolencia y la indiferencia social de cualquier pais con nombre propio. Y escribimos estas palabras para hacer nuestra la idea que hay detrás de esta sentencia de JA.Jáuregui: EL LOBO ES UN HOMBRE PARA EL LOBO. Que está puesta en práctica en la tierra de Jesús por un pueblo que gozaba del epíteto de "errante". ¿¿¿¿Tenía razon el poeta cuando escribia "Que estos es hombre, horror a manos llenas???????????? Y ESTO EN EL S. XXI. ¡¡¡¡¡VÁLGAME DIOS tener que usar estas palabras un domingo por la tarde cuando el sol es un horizonte vacío !!!!!!!!!!!!!!!!!
domingo, 3 de agosto de 2025
domingo, 20 de julio de 2025
Cansado de la edad sentí
mi espada
Me cansa la edad y me pesan las palabras; la niña de Alepo,
una espina en el corazón; como los trece mil niños
De Gaza que me siegan la alegría de vivir: de nada sirvió
a estos errantes las cenizas del amado Katzenelson
y sus versos, como ríos de lágrimas, para nada.
¡Hay tanto que decir! ¿Cómo meter en un verso
donde vivo, con prevalencia de máscaras? Ellas
son las que avalan las prédicas de filisteos
que hacen, del odio, la España que duerme
en la cuna, a los gritos de la saña, con un diente
herido por la bondad o un bocado de sangre que
amamanta el rencor. Me pesa la vida y la edad
y me duelen también las palabras: lo del poeta
que decía "del amor que nunca es" sabía
de lo que hablaba: de lo mejor de las bestias,
con apellidos de humanas; las mismas de lo que somos
con los pronombres y fábulas, embaucadores
y tristes, frágiles al tacto y a las roturas del alma.
sábado, 21 de junio de 2025
Día a día
Día a día y sin luz, un grisáceo amanecer y sin prosa, armonía en el aire de colores y sonidos: mis pájaros y los árboles que los arrullan mientras despiertan los pasos que me llevan a la rutina, alma de la serenidad. De mi corazón a mis asuntos, los mininos reclaman la matutina ración de la caricia, melosos y con hambre
. Y para seguir con la vida en el regazo, la rutina que nos arrulla como la madre con el hijo en la mirada: la que nos hacer pensar, con esperanza y convencimiento, en aquellos días azules y los calores de la infancia, óbitos del tacto. Sin olvidar mis vetustos árboles que me hablan con los vientos marcinos del tiempo como la lluvia: mañana. Pero llega entonces un ayer:
La figar
así de repente, inesperado, de cuajo rompe un hilo que me ata al pasado,
por los recuerdos: la figar de mi infancia hasta la fecha, con una vida triste y agrietada,
yace vencida a la orilla, en el portal, a sabiendas del final.
una esperanza contra el hambre en aquel tiempo, lejano, en la seronda,
y la sombra, un cobijo del amor con las mil palabras de las promesas
ya sin retorno y sin palabras para su consunción, in aeternum,en el río del vivir
y de la nada. Ni polvo enamorado ni recuerdo. Ausencia y melancolía, como siempre.
Y una mirada al vacio para mis días, con mis viejos árboles, compañeros,
a la espera del amanecer con sus conmilitones, armónicos, aves canoras
de mis fantasías. En quietud con el silencio a mis pasos acompañan
las desgracias del grisú con Frutos a sus pies y el desgarrado dolor
de aquella mujer, Nieves, con tres almas en el regazo, llenas de lágrimas
y de ausencia. Y ahora tú, al final del camino, y como entonces, un viento
airado, vendaval, te arranca como exiemplo de tu despedida: mi figar.
jueves, 22 de mayo de 2025
y sin palabras. El silencio y alguna voz
blanca y sin marcas, sin renglón del compromiso:
como Fátima en Gaza?
y sin tripas las muñecas, un horror, el Holocausto
y sus miradas. Varsovia y las hambrunas, estas
hambrunas de G A Z A. "Me llevaron a mi mujer,
KATZENNELSON como los padres de GA Z A.
sea Europa: España o Francia, la dignidad y conciencia son ajenos a la música
por tener manos y almas crispadas.
y de niños, de nuevo, llenos de odio, me ahogan, me suben
la sangre a la garganta y ¡qué triste la condición humana!
quiero verlos a todos, quiero mirarlos, quiero
echar una mirada muda sobre mi pueblo, asesinado,
y voy a cantar … Sí…. ¡tomo el violín y canto!
sábado, 19 de abril de 2025
Día a día
Día a día y sin luz, un grisáceo amanecer y sin prosa, armonía en el aire de colores y sonidos: mis pájaros y los árboles que los arrullan mientras despiertan los pasos que me llevan a la rutina, alma de la serenidad. De mi corazón a mis asuntos, los mininos reclaman contra su hambre, la matutina ración de la caricia, melosos. Y para seguir con la vida en el regazo, la rutina que nos arrulla como la madre con el hijo en la mirada: la que nos hacer pensar, con esperanza y convencimiento, en aquellos días azules y los calores de la infancia, óbitos del tacto. Sin olvidar mis vetustos árboles que me hablan con los vientos marcinos del tiempo como la lluvia: mañana.
lunes, 10 de marzo de 2025
Los rincones que me habitan: universos
del gris áfono del silencio.
Y tamizados por la cruel fragilidad de la duda
son también la esquina de mi corazón.
en ellos, contra el tiempo, los recuerdos:
escuderos fieles que resisten las derrotas
vestidos, sí, con lágrimas de la nada.
los milagros de la luz o del trazo
espurio de lo efímero.
Del rasguño aquel, dúctil y frágil
de tu sonrisa, una sombra incolora
en la yema de los dedos, sin pasión.
con las trizas de la vida, hacen mis páginas
y una tintura invisible con las letras de tu nombre
muy lejos, en una lejanía, allá: donde liban,
incansables, los asideros del silencio que me habita .
domingo, 9 de marzo de 2025
Rincones
colgados del gris áfono del silencio.
Y tamizados por la cruel fragilidad
de la duda, la sombra, esquina del corazón.
En ellos anidan, contra el tiempo,
los recuerdos: escuderos fieles , son azul-lágrimas
de la derrota. Y los habitan las miradas de la risa.
Aquellas que son regalo de una escritura
o de un trazo banal y espurio
de una esperanza dúctil y frágil de la nada.
hacen páginas de luz y una tintura invisible
con las letras de tu nombre muy lejos,
en una lejanía, allá: Donde liban, incansables,
los asideros del silencio que me habita .
sábado, 8 de marzo de 2025
Rincones
universos colgados del gris áfono del silencio.
Tamizados por la cruel fragilidad
de la duda, la sombra es la esquina de su corazón.
En ellos anidan, contra el tiempo,
los recuerdos: escuderos fieles , son lágrimas de la derrota,
Los habitan las miradas de la risas, aquellas
como regalo de una escritura o de un trazo y
también de una esperanza: nada.
hacen páginas de luz y una tintura invisible
con las letras de tu nombre muy lejos,
en una lejanía, allá, y liban incansables
los asideros de la vida, los silencios del mañana.
lunes, 3 de marzo de 2025
¡Cuánta tristeza en tu literatura! Hilvanar palabras para tu vida es coser
lágrimas en los recuerdos y dar pábilo a los sones de la ira. ¡Cuánto dolor
escondido en tu nombre de almizcle con azucena: como animales
deglutían tu alma de mariposa, su fragilidad de arrebol en el horizonte.
De sus dentelladas ¿ cuál de ellas, asesina, rompió tu corazón de papel?
¿Cuándo aquellos huesudos dedos ciñeron la violencia pétrea
en tu amor desatado? ¿Tal vez las cientos y miles de piedras
en tu camino con palabras vestidas de lágrimas
por el desamor, de ciénaga y ciego de animal herido.
Una vida, la tuya, aquellas mujeres, de caminos
en soledad, tu madre y la mía, hijas del hierro,
abrazaderas del destino en su alma de cristal,
vidas plenas del sufrimiento, almas fractales
con la luz obsoleta para una vida mejor.
Como la tuya, una vida de recato, humillante,
de miseria en los refajos del amor: nada.
Aquellas mujeres, madres solitarias y vírgenes desposadas
con el deseo, a lo más, sufrían la indignidad de mujer
con el dedo como enemigo principal. Descansa en paz
y que el silencio os regale las palabras que la vida te robó.
Golondrinas
Amanecer
y el sueño que cae en brazos del raitán: el privilegio
del canto
La luz
y la cerezal con las mil flores que me dicen
los pasos que tiene el día.
El recuerdo
con la fecha como muesca de la vida,
con estilo de soledad para seguir el camino.
Es la vida:
cien mil ojos que me niegan la esperanza
de los tuyos; perdidos en la palabra, es la nostalgia
que riela, trémula, entre los dedos de la nada.
Y si vuelven
las oscuras golondrinas, nunca vértices del amor,
desconocen nuestro aire, viciado por la ausencia
que nos vacía el alma, y si vuelan, pasarán.
¿Qué nos queda?
Ya lo sabemos: es el amor que pasa.
Es el amor que buscamos; es el amor
que nos busca para buscarse en sí mismo;
los mismo que hacíamos nosotros
cuando él nos habitaba: siempre y nunca y mañana.
¡A cántaros! Hoy llueve a cántaros
las palabras de un poema; y sus versos calan
con ternura los confines del silencio:
mi alma o la tierra, como esta lluvia
de tormenta, a cántaros, espera, hacia la vida
días de sol con apacibles ensueños
de amor, como una esperanza.
con hambre de nieve y de vientos sin
corazón. Agua de lluvia con profusión
de invierno, regalo de los cielos, mis recuerdos
anclados en los mil nombres que se trenzan
como los ríos que van a dar
a la mar, que es el vivir; mi recuerdos, a dieciséis,
me llegan como esta lluvia, a cántaros.
Y como la lluvia, hacen fértiles mis días,
escasos de luz y de horizonte, como asideras
donde colgar las sombras que escamotean
las dudas de la sequía otoñal.
!Ay, amor! Esta larga sequía otoñal!
Árboles de ciudad
aunque no los sufra ni sepa de sus afanes por crecer y subir y subir
hasta donde la vida es nube o la mirada del niño
que perdió el alma en el cometa que se fue.
que sorbe el cemento y la geometría
como índice vital, tu jardinero, sin alma
para tus primaveras; lo sufres.
Y soportas
a quienes ignoran
hasta el nombre de tu identidad; indiferentes,
al límite, de la vida que te roban
nada comparten que les sirva
ni mucho ni nada
para su esclavitud. ¡Pobres árboles de ciudad!
Aquella vieja historia de amor.
Inasible historia de amor; aquella historia
sin viejas palabras; siempre nuevas y
nunca erosionadas; siempre vírgenes como dos besos en paz. Aquella
historia de amor, bella de amanecer, con luz de primavera y viento otoñal;
aquella historia de amor asoma al tiempo y pregunta por la huella de tantos pasos
en un invierno azul.
Y los recuerdos reiteran, aguzan las
esperanzas y buscan las palabras que dictabas cuando estabas en el amor, aquel
barco de color que evitó los escollos y
el mañana: tu nombre.