“Una vida sin examen no merece la pena ser vivida” es una sentencia atribuida al filósofo griego Sócrates (470 a.C. - 399 a.C.) descrito en la obra Apología de Sócrates escrita en el año 399 a. C. por su discípulo Platón ( 427 a.C. - 347 a.C.).
Una salida
… penaba yo en la entraña más profunda
de la
cueva sin aire y sin salida.- R. Alberti
En estos días, el año
disoluto por las contradicciones todas de la primavera,
con palabras de lluvia y
agua en el corazón o la esperanza enquistada
en los picos del otoño y
sus miradas, hago míos los avatares todos
de la vida que me rodea y
sus jugueteos contra la precariedad del vivir:
mis árboles, las nubes, las
nieblas y sus enigmas o las tiernas miradas
de quien me dice que hoy y
mañana hasta siempre, alegrará mi sufrir.
No saben o desconocen los
ojos del hombre y su inteligencia, esas ventanas
que abren la luz a la roña
del estar, donde se cobijan las diferencias
que hacen de nosotros
simples larvas con las dudas del devenir;
nunca lo mismo frente a la
nada, un griterío lleno de vocales
viudas y desaforadas,
evanescentes, hace de nosotros, los humanos,
enterradores del sentido
que nos muele el corazón: recóndito y amante
de las mil palabras teñidas
de sombras y risas ofuscadas
de la sinrazón, rehúye
todos los nombres que no sean las ascuas del amor:
sin saber adónde vamos ni
de dónde venimos,, y farfullando
desatinos contra el
desaliento, todo contra la eternidad
es polvo enamorado, un
rabión vital fruto de las tormentas.
Por el contrario, y como
salida a tanta desazón, el silencio
de quienes, al amanecer o
vestidos con las sombras de la discreción,
hacen del porvenir, del
monte en la ladera, un tránsito
lleno de paz, armonía o
contraprestación: el regazo de las risas
de las nubes de algodón,
por ejemplo, es alambre invisible
que sujeta el aire a las
hojas que abren su alma
a tanta serenidad. Contra
viento y marea y sin plañideras,
salvo el hombre, horror a
manos llenas, todo es mano abierta y
tendida al deseo de vivir
para morir y volver a empezar y seguir
y vuelta a empezar como el
universo de papel sin grafías ni dolor.