DE SENECTUTE
Después
de tantas vidas ateridas por los arrullos
de
las mil fraternidades que fueron
palabras
o silencios; entonces,
sin
conocerte o como te llames,
después
del camino tan largo,
llegaste
donde el suspiro
es
memoria sin recuerdos, como
piedra
sin pedernal, arrumbado.
Y
ahora, en tu soledad fruto del desamor,
y
hundido en el pozo de la nada, infelice,
es
triste que ni Caronte aguarda ni jamás ni nunca
serás,
si fuiste, polvo enamorado.
Tengas
mi mano, sin embargo, en las tuyas
para
tu regreso al punto de dignidad
que
te ponga un nombre con tus apellidos.
Fórmula
de letras, química,
contra
la realidad, raptora
sin
entrañas, del merecido descanso,
imprescindible.
- Homenaje a todos esos ancianos muertos por realidades sin entrañas.