viernes, 13 de noviembre de 2020

 

 

Todos los días.

 
Al alba, los indefinidos cantos
organizan el concertino de mi  amanecer,
y camino y  las palabras se ríen con la imágenes
que buscan las sombras, al alba,
y deletrean sus formas,
furtivas y convulsas.  
 
También me llegan,  al alba, las brisas que  me ponen
con tu nombre la sonrisa
en los labios. El recuerdo:
 
Es  el mundo en una mirada, universal,
llena de colores y paz y los árboles, un saludo,
y los caminos de la vida, tanta belleza ....
¡Qué maravilla! Con el día en las palabras,
y los nombres como sueños
del corazón,  me confinan
en sus manos las vivencias
ásperas,   con espadas
como labios, siempre al oscurecer.
 
Al alba y todos los días,
 a miles, imágenes con palabras.  

 



miércoles, 4 de noviembre de 2020

 

 

 

Sarpullidos

El cuerpo humano está dotado de recursos varios, externos o internos, que nos hablan de su funcionamiento. En caso de fallos en nuestro organismo, un dolor o la fiebre son marcadores  que hacen saltar las alarmas que obligan a una intervención para evitar males mayores.

Y además como seres gregarios que somos y  necesitados de una comunidad para sobrevivir y por propia seguridad, esta, cual organismo vivo, también tiene sus reglas y recursos para sacar a la luz todo aquello que  la pueda alterar. En este caso, la vida comunitaria está profundamente afectada por la semántica de una palabra invisible que acecha  la vida de los lenenses y asturianos en general. Con tal virulencia que desborda los recursos disponibles y  saca a la luz las consecuencias de esa política a la española que para  Muñoz Molina "es tan destructiva como el virus" .... "Si no hacemos algo esta gente va a hundirnos a todos" (El País, 3.XI.020). Es decir,  que si galgos que si podencos, que si gobierno central que si autonomías, uno se pregunta con frecuencia en manos de quien estamos cuando vemos que el virus genera una pandemia y sus efectos vitales son demoledores para la salud pública. Y si mal estábamos, peor seguimos ahora que tiene la responsabilidad esa entelequia que llaman gobierno autonómico y que sirvió, como escribe Eslava Galán,  únicamente para mejorar el nivel de vida de quienes alcanzaron la categoría de funcionarios autonómicos, sin olvidar a los covachuelistas, claro. Porque si ahora nos referimos a la primera ola del coronavirus y recordamos tantas promesas de inversión para la mejora de la sanidad o de la educación, como Antón Losada podemos preguntarnos "¿Qué fue del dinero de nuestros aplausos?"La respuesta está en el verso manriqueño:"¿Que fueron sino verduras de las eras?". Aunque si lo pensamos bien, pueden hacer lo que les venga en gana. Con un  pueblo que vive en el conformismo y la conveniencia, que desconoce el significado de la palabra "inequidad", que carece en absoluto  de libertad de pensamiento y tres pitos les importa la libertad de expresión salvo para insultar al vecino. Con este pueblo, pueden hacer lo que realmente les venga en gana. Y si a esto añadimos que "la sociología industrial" está en trance  de desaparición, y la "sociología rural" ya está perdida, entonces que Dios nos coja confesados porque la desvinculación social es total y absoluta para poder hablar de solidaridad; aunque no  hay problema, ellos  seguirán  en el púlpito diciendo lo que les dé la gana porque el coronavirus sigue en  los verdes campos del edén sin  que nadie que le ponga cortapisas salvo exhaustos médicos y quebradas enfermeras. Como esos profesores que cargan con responsabilidades que son propias de su consejería, y se las arrojan a las espaldas como si fuesen burros de carga. En fin, querido lector, estaremos de acuerdo en que en este pobre país sobra astucia política  y falta inteligencia; también estaremos de acuerdo en que  habrá que pensar por nuestra cuenta para tomar decisiones que propicien nuevas estructuras políticas,  más eficaces que estas anquilosadas que son peores que el coronavirus, como escribe  Muñoz Molina. ¡Que Dios nos de suerte y San Antonio nos guarde!