HISTORIA
Para
entender el presente con sus
calamidades, tristezas y perplejidades, nos viene muy bien lo escrito por
Gonzalo Pontón: toda historia es una
genealogía del presente. Hablando de España, entendemos que la Historia de
de este pobre país es la misma historia de siempre, la que está fuera de los libros
de texto. Con una imagen, nuestra historia, sin variación, es un bucle que se
repite y repite desde Viriato hasta nuestros días. Lo que no es de extrañar
cuando Carlos Paris titula uno de sus libros "En la época de la
mentira", hablando de España. O un periódico de tirada nacional escribe
que "la mentira se instala en el congreso". En el actual, claro. Y
estos deben de ser los mismos de aquellos que Ramón y Cajal define como
"indoctos y delirantes", aunque la culpa no es de ellos si no de la
miseria intelectual de los españoles. Miseria intelectual que tiene su origen
en la profundísima desigualdad social,
educativa, política y económica que se ha ido construyendo lentamente a
lo largo de nuestra historia, y más con
el franquismo y la transición: España es el primer país europeo donde esta
desigualdad es mayor y más profunda. Y desde siempre. ¿Quieren los lectores de
La voz de Lena otro ejemplo? Lean lo que significó el reinado de los
"Austrias Mayores", Carlos V y familia: fueron los mayores monarcas
absolutos, los mayores depredadores de sus súbditos y los mayores creadores de
desigualdad entre los españoles. Y si vamos a principios del XIX, con la
invasión francesa, los afrancesados, crucificados en los libros de texto más
que menos como traidores, sin embargo defendían echar a los Borbones, acabar
con la Inquisición y el oscurantismo clerical. Siempre en busca de la libertad
y de la igualdad. En la otra España estaban tenderos, arrieros, aguadores ….
los que sufrieron la represión, y a los que Goya inmortalizó en su famoso
cuadro. Pero ningún aristócrata ni obispo ni político al lado de aquellos
desgraciados que dieron su vida por España. Pero esta incuria de esas típicas
clases dirigentes españolas no es puntual; como en un bucle, el presente, con
el "emérito" huido por su afición al dinero y a los devaneos amorosos-trastienda-.
El presente es un punto y seguido con los Borbones como protagonistas: si el ferrocarril que va de Sama de Langreo a
Gijón, para el marido de la regente María Cristina, Fernando Muñoz, fue un suculento negocio por las subvenciones
ilegales que obtuvo para su ejecución; y si abuelos y tatarabuelos y familia
esconden sus dineros en los bancos europeos por temor a quienes consideran sus
súbditos; si es normal que Alfonso XIII
dijese aquello de que "España dejaría de ser España sin la cruz de
Cristo", es comprensible que las estupideces del "emérito"
terminen en un país árabe y el presente sea el resultado del baño de
testosterona cuartelera que el bucle de nuestra historia luce entre sus
componentes. Por eso tiene razón Gonzalo Pontón cuando dice que toda historia es genealogía del presente.