Números
Hay cuatrocientos
hombres
que se lavan en la
piedra de la desdicha
¿Vendrás mañana?[1]
Leopoldo María
Panero
- El poeta pone un número que acorta distancias entre la
imaginación y la esperanza, con la duda como herramienta vital para superar desengaños con retazos de esperanza, aunque efímeros
en tu mirada. Un mar inmóvil sin horizontes es el vacío que nos vive sin el
amor, la flecha que nos llega como el adverbio que es un instante: una palabra,
la mirada fértil que abre los ojos del alma a los días de lluvia como el árbol
que llora irredento por la emoción: el ser humano a punto caer en la
desesperación, "la piedra de la desdicha".
Y Leopoldo termina: "Es fácil decir para
siempre". Porque nosotros, con o sin números, nunca ponemos un cerco al idílico mañana.