domingo, 1 de diciembre de 2024

 Allí donde sólo hay manos muy baratas en trabajos muy duros, yo me aprendo esas manos muyde memoria: dedo a dedo, alianza por alianza, uña a uña, cada falange, cada vena abandonada asu suerte, cada pliegue de la piel, cada forma delicada de los dedos.


- El poeta escribe en prosa sobre la poesía que tienen las manos de las cajeras. Las
cajeras de Alimerka, Carrefour o Mercadona. Son manos personales para objetos
indefinidos, crónica de mundos infinitos y frágiles como el cristal, bajo un cielo
quemante de neón.

Con mil versos en las manos, es porque tus dedos son dedos que saben llorar, dedos
que saben reír y dedos que saben decir lo que dicta el corazón. Con las marcas de
una ilusión y de una resistencia.
Aunque no lean a Manuel Vila.


- Homenaje a I. Montero y a todas esas cajeras con su amable sonrisa tras un cansancio feroz.

 PUZLE: no me importan los sufrimientos. Lo que me mata es la esperanza.


Para Noelia, la vida y una sonrisa.

Como la vida a la sombra de las palabras, la brisa de los sueños
busca la forma de los fonemas y sus encantos, padres de los placeres, la
escritura
y los garabatos del alma, su topografía. Como un silencio de niebla y de
bosque
prendido en el canto de la brisa y sus miradas, imperceptibles a los sentidos,
disformes, buscamos, sin embargo, con las uñas, extrañas coincidencias
que nos construyan, como sea, el puzle que haga de nosotros un ángel
libre de cadenas y aliviado, sobrio de salivas y grillos sin verano que cantar.
Caminamos y hacemos leguas y lenguas con el deseo. Nos buscamos.
Extraño esfuerzo para casar los sinsentidos y rumores de ecos
que nos llegan sin saber ni de dónde ni cuándo son alma o arañas
del corazón. La suma de arenas que la realidad desmenuza, infinitas,
es pieza desvaída por el tiempo, el amor y tus silencios: estupideces.
Con todo, si las mates pulen mi soledad, y si, por el olvido, se rompe la
memoria;
y si el esfuerzo, por tóxica melancolía, suma para multiplicar
y recomponer nuestro esqueleto cual nubes de algodón, al final
mi nombre y las dudas serán de piedra o ceniza que tendrá sentido:
las mil piezas y un puzle, con genio y figura, sin intemperancias,
serán el marco donde las miradas que caen son lámparas de cristal.