sábado, 6 de diciembre de 2025

 Silencio

  Llueve en Reconcos y nunca en mi corazón: un árido espacio
donde los árboles  rezuman  silencio como palabras
del alma que son arenas en el desierto
 de la solitud. Y  la vida, pobre barquilla, náufrago
en el desconsuelo y  rota, sin destino,  en las aguas
procelosas …  ¡La vida! Seguimos y vuelta
a empezar asido al recuerdo y sin velas
desvelado, un émulo del Ovidio sin retorno
a la metafísica de su  Roma imperial.

 ¿Dónde los ojos? ¿En quién la mirada? En un
"de profundis", si me despierto y respiro
las palabras de miel con el runrún de mis abejas,
entonces seguro  que aprendo a hablar
con las letras de tu nombre y las tres mil lágrimas
que riegan el jardín que habita nuestro olvido
donde los recuerdos sufren el calor del arregosto.



[1] Amor y pan. Paula Melchor, pag.61