viernes, 24 de mayo de 2019




Homenaje a la sutilidad.

El pintor Fernando Fueyo recibe el  premio "Alfredo Noval" por su trayectoria vital que incluye la defensa a ultranza  de la naturaleza y su especialísima sensibilidad. La misma que luego es ejemplo de su maestría como muñidor de sus veneros. 
 Y bien que se lo merece porque este  maestro de la acuarela es un maestro de la fragilidad.  La  delicadeza de sus finísimas pinceladas regalan el soplo de vida necesario, un hálito,  que obliga a pensar en belleza y a pensar en la imprescindible serenidad espiritual necesaria para captar la soterrada belleza que con celo guarda el protagonista sobre el que reposa su mirada.
Y como es un acto público donde se reconoce un fructífero periplo  vital, el  de Fernando Fueyo, artista recalcitrante, digamos que por respeto a su figura intelectual y humana, tendríamos que darle una definición, tratar de encerrarlo en cuatro palabras. Esta idea nos ayudará a sobrepasar sin problema la sombra de su figura, diminuta y ramificada como las cañas de los árboles que lo hacen su prisionero.  Y entonces recurrimos al concepto  que se dice razón vital, de Ortega y Gasset. Como Fernando,  es un pensamiento que nace de la vida, agarrado a la vida y que la proyecta más allá de sí misma. Es lo que hace  el pintor y su obra, trascender. Por propia experiencia sabe que  el mundo de la cultura y de la razón es la balsa en la que nos podemos salvar del naufragio que supone la existencia.
Por eso les regala, como agradecimiento, las palabras del poeta asturiano Servando Cano que hace suyas y dicen:

- "Le digo al mirlo, que aún conserva en el pico el color amarillo del trigal,   que me traiga la última voz humana que perdió la fe en el horizonte, como el álamo talado perdió en ansia de la cima, para que mi corazón repose en los hombros cansados de la luz".

sábado, 18 de mayo de 2019

Un refrán, como ejemplo de la sabiduría en boca del pueblo:

   - Vale más lo que el sol deja que lo mucho que el agua da.

    - Quien de verano anda a truchas y de invierno a pajarinos, va a tener poca borona para prestar a vecinos.


Y ahora el Gracián, jesuita:


- Terminada la dependencia, se acabó la correspondencia y por tanto la estimación.