Fustigada luz
Fustigada luz, dijo el
poeta: Alma de Nueva York,
ya fatigada y cansina,
melancólica, como
perdida; también triste y
ajena por completo al
reto de la alegría.
Como los días,
mortecinos,
todos hablan y repiten:
te espero si dejas tu nombre
a las puertas de la
nada, limpio de fe y
ayuno de
esperanza: aquel niño sin
páginas en el espejo
roto del amor,
hace rutina con el
recuerdo y una
luz fustigada
rompe los sueños
de un corazón.
Tal como hoy
que no puedo ni subir
tu nombre
a las letras que se
trenzan
en busca del beso de Gustav Klimt
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