Desolación del silencio
Mares y mares de palabras, incontables mares
de silencios, agobiantes, océanos;
hasta los dientes armados de silencio,
una brisa muda, desalados, todo y nada
para olvidar al niño
de Lesbos, cándido en la luz,
alma truncada como la niña de Alepo,
hambres del mañana
y fruto amargo
del olvido. La desolación del silencio.
Mares y mares de palabras, ciegas,
sin espejo en el universo,
mares de palabras llenas de sangre
hasta los pies descalzos,
en la playa, hasta la cintura
y sin palabras vivas,
como la violencia, llena de mares
y mares de palabras mudas y grises,
océanos, vacías de todo y otra vez
la desolación del silencio.
Sin embargo,
para nada un mundo desvencijado,
mujeres y niñas rotas,
frágiles almas desoladas, tal vez.
Para nada un mundo de trizas y mi soledad,
para nada.
Serán brazos y brazos, abrazos. Dolor y
amor, como siempre, tu nombre,
fugaz estrella y recuerdo,
esquife en el proceloso mar que navega
la desolación del silencio.
Triste
ResponderEliminargracias por la lectura y la opinión.
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