Entonces, en los tiempos aquellos, tu y yo con la sonrisa de las palabras
hacíamos la luz de la fantasía con los cuerpos en el deseo.
Entonces, en aquellos tiempos, ni la distancia ni la
espera mellaban
el corazón: su hálito, entonces, eran las sonrisas. Borraban el tiempo
y hacían más esperanza con tus miradas. En aquel tiempo, entonces,
tu nombre estaba más allá de las letras, ni una brizna para el recuerdo.
Sabía del presente como aliento, una necesidad, la voluntad de vivir.
Y de repente, un silencio y el vacío y tu figura desvaída
en los colores
de la sombra con los pasos a la nada por el olvido: sin tí
y sin el mañana, vivir es un pasar a la espera de volver a
los ápices del amor , a los rasguños de la duda. ¿Volverá?
Como un juego de la edad tardía, será un nombre y
repetirá,
como hiciste, con la sonrisa, y vuelta a empezar
para no envejecer, como todas las primaveras:
ahora y siempre, es el amor que pasa.
hacíamos la luz de la fantasía con los cuerpos en el deseo.
el corazón: su hálito, entonces, eran las sonrisas. Borraban el tiempo
y hacían más esperanza con tus miradas. En aquel tiempo, entonces,
tu nombre estaba más allá de las letras, ni una brizna para el recuerdo.
Sabía del presente como aliento, una necesidad, la voluntad de vivir.
de la sombra con los pasos a la nada por el olvido: sin tí
y sin el mañana, vivir es un pasar a la espera de volver a
los ápices del amor , a los rasguños de la duda. ¿Volverá?
como hiciste, con la sonrisa, y vuelta a empezar
para no envejecer, como todas las primaveras:
ahora y siempre, es el amor que pasa.
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