PANDEMIA y postpandemia:
una reflexión.
Escribe Azorín en Las
nubes que vivir es ver volver
cuando imagina a Melibea correteando por los jardines de Pleberio; con estas
palabras del insigne y estirado escritor recordamos, como ejercicio contra la desmemoria, las
consecuencias posibles de aquella maldición bíblica que fue la pandemia que nos
cayó encima en los años 20 de este siglo XXl: días aciagos aquellos donde quedó
constancia clara de nuestro atrabiliario carácter.
Y para documentar nuestras palabras,
dos libros específicos sobre el tema, a más de nuestros recuerdos personales Para
empezar, Julio Llamazares describe
sus vivencias y de allegados, durante la estancia en una casa
rural apartada de la civilización, en Extremadura. El resumen de sus angustias intuimos en estas palabras: por
la noche le entraban ganas de vivir y por la mañana de morirse … Y no es de extrañar pues las cifras de contagios y
muertos erizaban la piel de tan terrible.
Estas citas están en su libro Primavera
en Extremadura, escrito durante el confinamiento,
huido, como alma en pena, de los madriles de Ayuso con los ancianos abandonados
a su suerte en aquellas residencias a
las que podemos tildar de simples almacenes de la edad tardía. Pues
bien, con esperanza y sin convencimiento,
Llamazares también escribe que nada
sería igual cuando la cuarentena se terminara
al fin. Aunque hay que tener en cuenta que, por esa pandemia generalizada, han aumentado los trastornos obsesivos y
las dificultades en las relaciones interpersonales según el trabajo realizado
para la ocasión por el periodista Pablo Álvarez (LNE de 10-X-022). En aquellas
páginas , psicólogos y psiquiatras consultados por el periodista dicen, como
respuesta a la descripción anterior, dicen que, para mantener nuestra salud mental, son
imprescindibles el descanso (dormir
las horas adecuadas y de calidad), una
alimentación equilibrada, el deporte
y construir relaciones de apoyo basadas en el respeto, la confianza y la seguridad(nada que ver
con el amor líquido o poliamor, por
supuesto).
Por otra parte y por suerte, contra la condición efímera de la noticia en
el día, está la literatura con el afán de permanencia: en Asturias tenemos la
propia sobre la pandemia en el libro que se titula Pandemiando en Villapando del
autor teatral Maxi Rodríguez: un retrato fiel, por sus características, del
"homo astur" en su circunstancia pandemial. Y como es normal, con el
humor como recurso principal, el autor,
ya en el cap. segundo, nos describe la
altísima cotización en bolsa de la mascota familiar que permite romper el
obligado confinamiento: dice Ricardo de "Marina:(la perra)-nun ye salvoconducto, ¿Oíste? Sabe lo que pienso na más veme". A
lo que Velino contesta -¿Cuánto quies por
la perra? ¡Pídeme lo que quieras". Y el mism Velino, con ínfulas de
youtuber por tener hasta primero de BUP,
dice que recorre el mundo en zapatillas,
vía satélite (Namibia, Nepal). Por el contrario, con el encierro alguien se
vuelve metafísico y se pregunta muy seriamente, aunque sin respuesta: -"¿Cómo sabía la hora quien inventó el
primer reloj?"
Si hablamos ahora del estilo,
el diálogo es el recurso principal entre personajes
emparejados, masculinos o femeninos, y que tienen las actitudes
propias del marasmo social que generó la peste aquella; y para sostener
la tensión del lector desde el principio al final del libro, con las
consecuencias del teletrabajo y las manías de la soledad, y con la
incorporación a la oficina … Para mantener la tensión del lector, decimos, la oración exclamativa o la interrogativa y la
enunciativa rotunda desplazan por completo a la oración subordinada. Basta con
llegar a los textos que se titulan Anarquía
relacional y Felizmente soltera
para comprobar la mínima cantidad de palabras que hacen falta para
entender el contenido del verso que dice
cuán corto es el amor y qué largo el
olvido. Querido lector, leer este libro de Maxi Rodríguez es hacer un viaje
hacia la nostalgia sin la amargura de las penurias que tuvimos que soportar en los
tiempos aquellos. Con otras palabras, Maxi
Rodríguez construye un sin Dios que es fiel reflejo del sentir y del pensar de
aquellos sufridores de Ciaño, Morcín o Laviana que soportaron lo indecible, en
un castellano a la asturiana y con su peculiar vocabulario: masuñar,¡cagunros!, castrón, perrear,xostrón.
Porque Maxi
Rodríguez que es un autor y
actor teatral, escribe esta obra para ser leída por maestros de la dicción a la
manera del teatro clásico como La Celestina, por ejemplo. Sus personajes esconden, tras su sencillez, una filosofía
vital fruto de una perspicacia de un autor que hace de ellos auténticos
caracteres: "-Ye tiempo de poliamor"dice Maricarmen.-"La monogamia nun ye algo natural". _"
¡Anarquía relacional!": lo dicen
todo por sí mismas.
A continuación y para ser
ecuánimes, tendremos que decir algo sobre la postpandemia, y sacar alguna
conclusión y dejar constancia sobre los
sucesos consuetudinarios que acontecen en esta España nuestra que no es ni
zaragatera ni triste. Para salir del apuro, hacemos nuestras las palabras del
escritor David Uclés quien en un
artículo reciente escribe que "No
pensemos que no hemos aprendido nada y que no hay nada que hacer porque
acabamos creyéndonoslo". Y como al mismo David, a nosotros
también "nos duelen las iglesias y los polideportivos vacíos". Es
más, también "aprendimos a ver un
parlamento español y varios autonómicos con cada vez más hombres sin escrúpulos
y sin alma"; porque como escribe la eminente Amelia Valcárcel, "ajenos por completo a la retorica
parlamentaria", hacen gala de ciertos modos que son inaceptables y en su discurrir verborreico y
gestual implican "gorilas" o
actitudes que acostumbramos a asimilar a la figura del "gorila".
Por tanto, de tomarlos como modelos a estos petimetres de la política que
tienen la mentira como línea argumental única,
nada de nada: esta España nuestra, repetimos, que no es ni zaragatera y
ni triste, necesita una regeneración que abandone el disparate como recurso
lingüístico único. Como pueblo llano que somos, estamos más con las ideas de
Horacio cuando escribe y traducido: " Sera nimis vita es crastina: vive
hodie": "Demasiado tardía es la vida del mañana: vive hoy". Y
nunca polarizados que no deben saber lo que significa.