Los rincones que me habitan: universos
del gris áfono del silencio.
Y tamizados por la cruel fragilidad de la duda
son también la esquina de mi corazón.
en ellos, contra el tiempo, los recuerdos:
escuderos fieles que resisten las derrotas
vestidos, sí, con lágrimas de la nada.
los milagros de la luz o del trazo
espurio de lo efímero.
Del rasguño aquel, dúctil y frágil
de tu sonrisa, una sombra incolora
en la yema de los dedos, sin pasión.
con las trizas de la vida, hacen mis páginas
y una tintura invisible con las letras de tu nombre
muy lejos, en una lejanía, allá: donde liban,
incansables, los asideros del silencio que me habita .