domingo, 15 de marzo de 2015


Homenaje a quienes, sin palabras para su vida, sufrieron las iras de tantas tormentas que el destino les deparó. A Maria los vientos de guerra la dejaron viuda y sola e indefensa ante un muro que era todo bestialismo y violencia: el ámbito rural. Huelgan otros comentarios que no sea este poema. 


SIN APELLIDOS: La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento

             - María Colasa.
                                   
                                     Tierra con odio abonada
                                    Es tierra de angustia y hambre



¿Qué del amor si no odio, cuando la guerra? Rompía  el cielo
Y las súplicas de tu corazón ojeaban el hambre,
La soledad y  miseria.

Aullaba el plomo, y  las entrañas sorbían aire
Sin pan y con lágrimas. Xuncías, segabas  y llorabas la  secha del alba,
Antes del amanecer: y nunca llegaba.


Eran ojos fruncidos, manos sarmentosas; hilo y dedal, en la cárcel,
Sin esperanza… ¿Qué de la vida después de la guerra?

Un nombre sin alas, desmochado, fue tu condena,
El plomo en tus alas, el camino al Ícaro
Del responso  civil.




I  m´explicava , como si fos un conte,
el día que els soldats es van endur
la seva mare per afusellar-la
a l´alba contra el mur del cementeri..- Joan Margarit[1]
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[1] Una historia.- Nuevos cien poemas.- Granada 2013.- La veleta. 

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