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 Una sombra de  las sombras, todas las sombras.
                                   ... como una llama sin sombra
                                                                              
J.Bergamín.
Vituperada y dirimida la figura,  es la sombra  de las sombras quien 
da  vida  al 
volumen  inerte sin nombre hasta
que las miradas o esos mundos 
de  Dios,
vilipendiados por la luz y  sin palabras por
la oscuridad,
asoman, como un puede,  al bosque de la vanidad, encendido 
  y disoluto 
como patio  de la vecindad. 
Tintes de tragedia en 
un oasis  de sed, así el viajero,
desangelado por la soledad y las pompas de jabón,
cual tropiezos,  cuando huye 
del camino que le oprime 
los surcos del corazón: ¡ay el pintor! esquina y múltiplo
de la duda, tus 
aristas son pinceladas del arte de sumar
cuando quieres 
multiplicar y nunca dividir: quien te hace 
arlequín, hijo de los diablos azules, es una sombra, 
hija de las sombras y 
todas las sombras que son 
 la ausencia de luz
en los lápices que te abren  
como se muere un amor: los dedos que se rompen
cuando un suspiro  vive  como fruto de la extorsión. 
