CONVIVENCIA
Que la piel de toro ha dejado de
ser la forma de España, es público y notorio. Con el sistema democrático que
nos define, España, gracias a Dios, se convierte en un gran campo de futbol
donde lo más importante es la libertad de expresión con el griterío como
recurso principal. Y que tiene como base
principal la misma lengua con la que se retuerce la ley o la que usamos para tener enjaulada la democracia, como
escriben los jóvenes poetas de ahora:"matómela
un ballestero// dele Dios mal galardón". Por el contrario, de la que nadie se acuerda es de la
libertad de pensamiento, fundamental para la convivencia social en una
comunidad, desde la más pequeña a la de mayor entidad por el número de miembros
que la integran. Porque en ochocientas almas, por ejemplo, caben muchos mundos,
muchos sueños; multitud de fenómenos tienen cabida en cada individuo que forma
parte de la misma: heroísmo y cobardía, traición y lealtad, buenos y malos
momentos; hay quienes con su presencia
alteran el aire que respiran y por otros se cuela el tiempo para morir y
ser olvidados. ¿Quieren Vds. un ejemplo para estas palabras? Pues ahí lo
tienen: es queja común de la gente normal
en Pola el uso que algunos partidos políticos están haciendo de la redes
sociales. Los escribidores de tantas necedades olvidan que quien habla o quien
escribe, se delata y se confiesa; en este caso, son zafios personajillos que
utilizan el anonimato para delatar su cainismo entre vecinos, y que usan la pseudoideología
únicamente para dar rienda suelta a unas pasiones que, en el común, dan como resultado esa violencia
desatada que pone los pelos de punta a quien sufra a este pobre país como una
penitencia. Es por lo que volver a votar a esos desalmados sirve para
definirnos como dóciles estúpidos con
excesiva libertad de expresión y ninguna libertad de pensamiento. Así somos en este pueblo y así nos va, como es
normal.
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