lunes, 3 de diciembre de 2018


Objetos
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido. JL. BOrges



  Al tacto, vienen los recuerdos, se deslizan por la memoria
como el agua en el caño, silenciosa.Me llevan a los nombres
que me pueblan como si fuese almas sin palabras.
No las necesito. Ellos son el camino que transitan
las ganas de vivir cuando los veo o los vivo con la mirada:  entonces
me traen la  sonrisa  inquieta y deformada por el roce
con las dudas que nos corroen como carcoma cuando
un hálito asoma al predio de la esperanza. Imposible.

A su manera, cada cual y su circunstancia, me hacen
propio y sugerencia de un  tiempo de miel y colmena
si me tantean con su presencia: adolescente sin ideas,
son mías las esquinas del verano con olor de yerba
y  salobres;  con marcas del ciego sol, la sed
y las fatigas, su dolor.  Sin  nombrar las estocadas
 en el alma, cicatrices en la vida de un misal.

En fin, tantos nombres y nubes cuelgan ya  de la memoria
que  son mi nombre cuando al tacto, hacen gala
de su fuerza contra el olvido, como el mañana:
mis objetos.

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