Y todo un coro infantil...
Tarde de lluvia y viento con
hojas tristes.
Tarde de invierno, con sus tempestades:
mis tardes. Tras los cristales, gritos y los niños,
relámpagos tras
el balón, que corren y zapatean
una palabra que les habla de amor cual melodía
de un sueño que dice y repite,
siempre que llueve: ¡gooooooooooooolllllll
Es su meta y la buscan. Como yo, en el tránsito del
momento,
cuando me busco en silencio, y mientras me digo,
sin griterío, alborozado: un balón para una vida,
para antes y después y sin pausa y mañana
y tu mano de penalti con la victoria y ¡gooooooooooooooooool!!!!!
Y vuelta a empezar y a seguir y más inviernos, como
éste,
tras los cristales, con los mil niños que habitan mis
días
cuando, en el silencio, oigo sus gritos que me trufan
el invierno cuando a gritos,
cantan:¡¡¡¡¡¡¡¡goooooooooooool!!!!!
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