La puerta
La
puerta, una puerta para
una imagen . Y como siempre,
contra
los monstruos de la razón,
seres
diminutos, instantes, medias
palabras
como chinchetas
en
almas de cartón. ¡Cuánta
oscuridad!
Sin embargo, en punto,
lo
primero, la imagen primera
del
vivir, a diario y siempre,
un
solfeo desparramado:
como
un aire, aunque diferente.
Y
para acompasar, un antídoto
contra
la pereza invernal:
la
maravilla del reposo
por
efectos de la luz: cientos y
miles
o millones de la flor
que viste con
elegancia
al
vetusto y juvenil
cerezo
que me saluda
con
su aroma para un sueño
en
el día, y una reflexión:
pese
a la vida, el esfuerzo
es
el pomo que hace ilusión.
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