¡Todos los días del alma me recorre tu nombre!
A la carrera o despacio, lentamente,
me coge de camino y va de mi corazón
a las infinitas palabras que un amor puede atesorar.
Y para decir o callar, no basta con esperar. En el tiempo,
como bien sabes, con tus pasos en la alfombra
de mis sueños, hollabas tantos silencios
como palabras atesora un corazón.
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