Últimamente las mariposas marcan el tiempo
con sus vuelos de un diciembre frío y con sol. Me cogen
a desmano y revolotean
como el pajarillo sin palabras
al amanecer. Lo veo:
merodea el aprisco de la memoria, el sagrario
donde viven las infinitas voces que dan cuerpo
y sentido a la vida, sus esperanzas.
Como el deseo, máquina de soñar ,
artero con el tiempo y sus patrañas, nos lisonjea
hasta la humildad. Nos lisonjea para hablar
del silencio al acoso y el dolor.
al oscurecer. Tal vez, sin duda, piense en una
ironía o en la ventaja del hombre derrotado.
¡Tal vez! Si lo piensa, no sabe de los nombres
que son el bastión de las sombras del vivir.
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