Brisas y álamos
Las hojas de mis árboles, aquí en Ramoniz,
(álamos y robles, desde la infancia, las sombra
de mis labores). Son ellas , a cientos o miles,
las que mecen las brisas y las hacen vivir.
Les hablan con mis palabras, desvaídas ya
por calimas de la vida. Son las mismas
que mis dedos pespuntean cuando tu nombre
es eco fallido en la distancia, un vacío
más allá del recuerdo. Y sin embargo
no importa. Sabemos que
los inviernos traen primaveras
con sus brisas y las cientos de hojas,
en Ramoniz,
para hablar del amor. Como la vida,
para después volver a empezar.
(álamos y robles, desde la infancia, las sombra
de mis labores). Son ellas , a cientos o miles,
las que mecen las brisas y las hacen vivir.
por calimas de la vida. Son las mismas
que mis dedos pespuntean cuando tu nombre
es eco fallido en la distancia, un vacío
más allá del recuerdo. Y sin embargo
no importa. Sabemos que
los inviernos traen primaveras
con sus brisas y las cientos de hojas,
en Ramoniz,
para hablar del amor. Como la vida,
para después volver a empezar.
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