que son pláticas y nombres
¿Qué nos resta? De las palabras,
siniestras, que sirvieron al amor
¿qué fue de ellas? Esclavas de los nombres,
como esquifes
a la deriva, en los piélagos
del olvido, ni rastro de ellas.
Ni un eco en el socorro
ni un silencio por auxilio, nada.
Nada de lo nuestro, y menos de lo mío,
personal, nada se repite. Aunque lo busque.
Mueren los deseos
y si te llamo, como si llamas,
nunca es lo mismo, diferente;
las voces atipladas se desconocen
y rehúyen las sombras, las nuestras,
que pierden las letras
en el camino sin retorno,
sin la marca del silencio.
¿Qué nos resta, entonces,
de los gestos con sus placeres?
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