Los neo-rurales
La escritora Ana María Moix,
hermana del novelista Terenci Moix, publica el día veinticinco de febrero de 2012 un artículo que se titula
"Mobbing" rural. Describe con clarividencia la difícil convivencia que hay entre el
urbanita que llega a la aldea como gitano con corbata, y los aldeanos de siempre, sus habitantes
naturales. Y sin razón alguna que lo justifique, entre recién llegados y
moradores se establece una relación que en ocasiones puede llegar a ser hasta
tensa y complicada. Las formas de vida
tan diferentes chocan porque proceden de trayectorias vitales muy diversas:
mientras que el urbanita cree que en el campo la bondad es intrínseca a todos
los seres vivos (animales, vegetales o
minerales) en la aldea, la vida y la muerte conviven pacíficamente porque para
vivir unos tienen que morir otros: el "pitu de caleya" antes fue un
gallo cantarín que a las seis de la mañana toca a diana para que ellas cumplan
con su función primordial que es poner huevos. Dicho con otras palabras, hasta
tal punto se roza el ridículo en esta difícil convivencia, sin razón de ser,
que el urbanita, en sus escritos administrativosa, hasta se inventa enfermedades
de los nervios, desvelos nocturnos, olores irritantes para su delicada
pituitaria o cierres de caminos de uso vecinal como si fuesen de su propiedad.
También despiertan su inseguridad o miedos los perros sueltos, las cencerras
malsonantes o unas vacas, con sus
bonicas, que pasan delante de sus casas,
y pretenden que sus dueños las quiten porque los niños las pueden pisar.
Sin embargo, además de estos especímenes
someramente descritos, también los hay educados que sencillamente aplican el
principio básico de "vive y deja vivir": son prudentes y respetuosos.
Gente normal que preguntan antes de emitir un juicio sobre los usos y costumbres tan arraigados
entre las gentes que serán sus vecinos, y que aprecian su compañía. Y la
agradecen porque están hartos de su soledad porque en las caleyas ya no hay
niños que jueguen al piocampo.
Con las ideas anteriormente expuestas,
nos adelantamos a los tiempos que se
avecinan por influencia de la "alta velocidad española"(AVE) que
cruza nuestro concejo, rauda y veloz como el paso de un ángel. Y entonces, sin
duda y con el tiempo, nuestros pueblos con sus paisajes serán objeto de deseo
de gentes de la España rica; y buscaran,
en nuestras aldeas, el sosiego contra el ruido que aturde sus días con sus
noches. Por eso, y para que no pase lo que describe la escritora catalana, nuestro Ayuntamiento tendría que prevenir para
defender al paisano con una ordenanza
municipal donde se especifique que una
aldea no es una urbanización. Y convendría, además, colocar un metacrilato a la
cabecera de los cuatro valles que conforman nuestro concejo, y en letras bien
grandes, como hicieron en Llanes, se describa asuntillos propios de
nuestra vida ancestral; decir, por ejemplo,
que los perros ladran, los gallos cantan y el cucho cría mirucos y sus aromas desmayan las voluntades, diría JM.Pemán. La modernidad y el futuro vienen junto con
este acrónimo: AVE.