sábado, 17 de febrero de 2024

 


El tacto

Arañando sombras, queda el recuerdo
y una historia de amor con mis palabras.
Confeso adolescente, un algo de melancolía
con esta luz del febrero entre los dedos,
rebusco las galerías, con su negritud,
y unos ojos que hablan por sí con sus ansias.
Afanado en ellos, aquellas manos de entonces,
candentes,  orillaban el tiempo y un respiro:
ángel fieramente humano,  en plenitud
del tacto, como el río al mar, su morir
ciegamente, donde habita el olvido, la memoria
 con tu nombre cuando huyo del viento
camino de la nada, la forza del destino.

 

¿Cómo seguir?¿Y el  secreto  tras las nubes del placer?
Imposible entonces romper en lluvia
el mundo abierto del conocimiento, las esquinas,
sí, donde aprendimos los secretos del amor.
Ayer y  hoy,  como siempre  y nunca,
el tacto, fuente inagotable del amor, mañana.

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