domingo, 29 de marzo de 2015


Ajenos a tantos condicionantes, la naturalidad de la vida brota como ejemplo donde menos se espera para quien tiene ojos en el alma. Como la escena que sirve para este texto. 29 - III - 015. 







De natura

                 Un acontecimiento no es un hecho sino algo
                                      Chantall Maillard[1]    


                
En marzo, este domingo,  gris escapulario el día
cuando salgo de casa, imbuido por la  geometría
asfixiante de los pasos que tropiezan con  formas
de compás, ángulos y  regletas - escuálidos jardines
de miseria hijos de la pena por la piqueta, viuda
de la ambición y la memoria-. Hoy, en el parque,
algo, indefinido, del caos por  amor y  la fuerza 
de su vida,  pincha mi corazón cuando, impasibles,
los tres mirlos, rebeldes,  vencedores de la semana,
me gritan porque corren y  viven para el amor.
Son dos para ella y sin recato, globos emplumados
por el ardor, hasta la consunción , inasequibles
al desaliento, rompen la exactitud  en la ciudad 
para decirme,   con pasos desordenados 
y sin descanso, que la vida, más allá del orden
del triangulo, es fractal de sí misma, sin sentido; 
rompen la monotonía cuando el caos y su fuerza
visceral  buscan, de la contingencia, la vivencia
que  me habla, este domingo, quince y velado
 por la niebla, de nuestro amor, cariño, tres mirlos
ciegos, labios color rosa, picos, y sus mil plumas,
nuestras palabras de hoy para mañana y siempre,
en el parque del corazón. Mil ojos que los miren, romos,
y mil veces que los vean,  ni se imaginan, en tanta
 exactitud, la necesidad del caos para tanto amor.




[1] Chantal Maillard.Matar a Platón.Tusquest.pag.31.2012

sábado, 28 de marzo de 2015


Ajenos a tantos condicionantes, la naturalidad de la vida brota como ejemplo donde menos se espera para quien tiene ojos en el alma. Como la escena que sirve para este texto. 29 - III - 015. 
Y mi corazón también espera, hacia el amor y hacia la vida, otro milagro de la primavera. 







De natura

                 Un acontecimiento no es un hecho sino algo
                                      Chantall Maillard[1]    


                
En marzo, este domingo,  gris escapulario el día
cuando salgo de casa, imbuido por la  geometría
asfixiante de los pasos que tropiezan con  formas
de compás, ángulos y  regletas - escuálidos jardines
de miseria hijos de la pena por la piqueta, viuda
de la ambición y la memoria-. Hoy, en el parque,
algo, indefinido, del caos por  amor y  la fuerza 
de su vida,  pincha mi corazón cuando, impasibles,
los tres mirlos, rebeldes,  vencedores de la semana,
me gritan porque corren y  viven para el amor.
Son dos para ella y sin recato, globos emplumados
por el ardor, hasta la consunción , inasequibles
al desaliento, rompen la exactitud  en la ciudad 
para decirme,   con pasos desordenados 
y sin descanso, que la vida, más allá del orden
del triangulo, es fractal de sí misma, sin sentido; 
rompen la monotonía cuando el caos y su fuerza
visceral  buscan, de la contingencia, la vivencia
que  me habla, este domingo, quince y velado
 por la niebla, de nuestro amor, cariño, tres mirlos
ciegos, labios color rosa, picos, y sus mil plumas,
nuestras palabras de hoy para mañana y siempre,
en el parque del corazón. Mil ojos que los miren, romos,
y mil veces que los vean,  ni se imaginan, en tanta
 exactitud, la necesidad del caos para tanto amor.




[1] Chantal Maillard.Matar a Platón.Tusquest.pag.31.2012

viernes, 20 de marzo de 2015

El texto que a continuación dejamos aquí es del   escritor israelí Grossman. En un país convulso, estas palabras dan vida a una realidad personal de quien las hace suyas. Es como decir: cuando escribimos, siempre encontramos el alma de un sentimiento. 


"la literatura es como el amor, hace dejar de ver a la gente para ver a la persona". ¿El amor nos salva? Grossman mira con esa expresión tan suya, llena de comprensión ante todo lo humano. "El amor te hace sentirte en casa, no se si te salva pero te ayuda a vivir. Cuando amas y te aman encuentras un lugar en el mundo, un hogar. Si la experiencia corriente del ser humano es irte hundiendo y envejeciendo, el amor es una forma de ayuda ante ese proceso, una verdadera respiración boca a boca".
La España del siglo XXI tiene los mismos protagonistas que aquella España que llamaban imperial. Es la razón de estos poemas que siguen: Lazarillo, Ya les vale y En Quevedo. Es el triste resultado de modificar sin cambiar nada desde siempre en este pobre pais. Y así seguirá por la cobardía e indolencia del pueblo español, propenso siempre a echar las culpas a otros para obviar su propia responsabilidad.Escribe Reverte en su ultima novela Hombres buenos "que en la España del siglo XVIII pesaban no sólo la Iglesia, sino las tradiciones y la apatía. La sociedad misma. En un lugar donde los nobles no pagaban los impuestos, donde el trabajo se consideraba una maldición y donde daba lustre no ejercer trabajos mecánicos, la tendencia natural era la indolencia y el rechazo a cuanto pudiera cambiar las cosas".
 Los mismos contenidos para esta España que sigue con las  mañas de siempre: modificar alguna esencia para no cambiar lo de siempre: el reparto de la riqueza, la tolerancia y el respeto.

  YA LES VALE

¡Bárbaros de chocolate!…  ¡Ya les vale!. Suaves cual pelusa y
con  ideas sin palabra, caminan a la sombra contra la esperanza
sin identidad. Aprovechan la penumbra y las maquetas
para llegar a los cimientos y socavar, qué ironía, la firmeza
de la convicción: ladrones con los dedos de millón, son liebres
tras los podencos en  la justicia de  papel: ministros del señor,
visten de armiño  la codicia  para succionar la sangre
de la confianza, en bandeja de plata por amor: el voto
de la pobreza   y los hijos de la necesidad: nosotros,
los Pedro Rojas, hombres de viento y  hambres de papel.

¡Ya les vale y ya está bien!  Vestigios de la Historia,
ánimas y fantasmas de almidón, golfos, nos robasteis
la dignidad cuando un fuese y no hubo nada, campea
en  canción de manada de lobos que husmean  la carnaza
en sus correrías por almas y plazas de España.

¡Ya os vale, próceres sin condición, padres falsos
de la patria. Sois la vergüenza con nombre  por cuatro
rubias  de nada,  calderilla en pesetas  que son limosnas
del pobre de ayer, hoy y de  mañana: el tiempo que os corroe,
como el oro, las entrañas. Pillos sin patrimonio, hijos
pródigos, indignos hijos de España, cuánta miseria
aportáis para vivir como dios, en la mierda  de la casta.   

                                                                  

LAZARILLO


¡Aquel niño! Aprendiz de español, prófugo de la inocencia y
fruto de la maldad que engendra la miseria y  el hambre de sus amos,
 recorres España , la historia y sus puntos cardinales, las trochas
de las mentiras  fruto de la mezquindad en el camino a la madurez.
Mi Lázaro, Lazarillo, hurgas las entrañas de los vampiros
cuando tras el ansia infantil, recabas su vesania, la inquina y
avaricia como madre de sus almas: juguetes  insaciables, son
padres del expolio, succionan en silencio la sangre, rotos
por la pasión.  Perros de presa para el silencio que vive en la cruz
del día sin pan sin  centeno  en el hielo sin amor, son hijos
del euro sin dolor, ajenos al cinismo  de la vida y sus partos
con plegarias  de impotencia: saben de la ropa oscura que viste
la democracia cuando nos llega el halo de tu inocencia.

Ya ni el calor de la cama para tanta deshonra como nos peina
cuando nos hablan de impuestos, sonrisas  y lágrimas: flácidos
en sus partes por tanto gozo en las sisas, pavonean sus mentiras
como simples escuderos que limpian, cánidos, la sonrisa con
el polvo de sus creencias: matamos a  la gente y ande yo caliente. 

Nos queda, sin embargo, tu espíritu de lucha, sin recursos que arañar,
para sostener la dignidad. Y  del ámbito en suerte que nos
 toca vivir,  son cuatro ríos y diez picachos con cuatro árboles
quienes acogen los sorbos del cáliz que nos ofrece la rabia
por la indecencia del Rajoy y su corte de pícaros, grajos
sin color y familia: dráculas del dolor en la historia que se repite,
por siempre para siempre, en el alma con tu nombre, Lázaro:
he aquí a tus hijos, úngenos de paz y cómete, por dios, las uvas de la ira. 


                                          En Quevedo.



          … y no halle cosa en qué poner los ojos


Todo es corrupción y belleza en las ruinas de
la inteligencia: olisquear  el proceso que propicia el silencio
cuando los muros pierden los dientes por la edad
 y la flacidez de las encías, es regocijo de la tiranía:
el camino más corto para el nepotismo de la mentira,
 la ruta del poder que se alimenta del miedo  y
 la indiferencia. ¡Tanta anatomía para un esqueleto
que se muere por la acción de los deshielos
que convoca tanta ruindad  como gobierna
la historia de este país, España, con alma de lapin.!

Sin sombras en los campos, trillados por la necedad y
su imaginación, el cuerpo de la miseria con el nombre
de Caín ramonea en los brotes que son fuegos y
almas en tiempos de Torquemada: esbirro de la piedad,
despojos y cárcel  son las cuentas de su rosario.

Siempre fugitivos, ahogados por el aire y la palabra,
con raíz en la impotencia que marchita  los
paisajes y sus horizontes, frontera de la nada,
hacemos torva la mirada y en campana de cristal,
vivimos  un circo de lágrimas  con  carpa de cínicos
que hacen suya la madre y maestra mía, la triste,
espaciosa España: terracota mal cocida por el fuego
del futuro que nace sin pasado  y carece de mañana.



miércoles, 18 de marzo de 2015

En el tanatorio

Una reflexión sobre la condición humana y sus comportamientos en espacios llenos de humanidad, sirve para penetrar con más facilidad en los sinuosos senderos que cruzan el alma. En este caso, es en el tanatorio donde esperamos que otros sean mortales para confirmar nuestra inmortalidad.


                                                                   En el tanatorio


Aquí es la vida. Salvo las flores, que adolecen  de plástico
y de necrofilia, hasta la envidia tiene su hueco en  este desfile
de pantalón y chaqueta  simulados. Ósculos  teñidos
de colores y disentería  marcan los ritmos de las traiciones
y la hipocresía, las miradas no existen y todos los caminos
son lagrimones que riegan el silencio. Las manos son
las tenazas del dolor, y los clavos en rojo  del recuerdo
sujetan el odio con la palabra entre dientes y sus imperceptibles
sonidos de grajos en celo de mezquindad. La distancia es
avaricia que  muere según su peso en oro y sangre
en los cristales  por  la inquina de la sospecha, alma
sin fundamento y de corazón pétreo, ardua y difícil.
Con el hábito de la compasión, transitamos y  hacemos
vida con el disfraz del consuelo y la condolencia
para reciclar los  detritus que saltan de los poros
al circo y la simulación cuando sabemos que fue otro
quien alimenta la inmortalidad sin nombre
que espera en frío  para ser mortal y rosa y mañana.
 En el tanatorio, el sueño  es tránsito retenido, una pausa
y la seguridad de volver para empezar un  poema  lleno
de tiempo y los doscientos fonemas de una sonrisa.    
Desaparecen nuestros mayores y se rompe el frágil hilo de la tradición: cientos de palabras quedan sin referencia y los espacios sagrados de nuestros antepasados quedan vacíos de contenido.Tal como pasó con la muerte de Manolín de Cilia y sus vivencias donde los mitos y leyendas se llamaban  El Aramo . Por eso este homenaje que deja constancia de la tragedia que se avate sobre Asturias pues  quedar sin pasado es carecer de futuro.  


 MANOLíN DE CILIA

¡Manolin De Cilia! Hilin de vida en los silencios
de trochas y caminos de siempre, con hambre
de colores y criaturas con la muerte en su libertad.
¡Ay Manolín! Sabiduría y alma de roca, piedra
de agua y manantial sereno: cuánto de memoria
en tus recuerdos  libres de pasado  y con poso
encendido  en la palabra.  Todos los sentidos
moldean  tu madurez y dan forma al alma
de una idea: tu artesanía. Con manos de aire
y de niebla, abres el misterio de la madera 
a la imagen,  virgen  en las vetas del corazón:
son nombres escritos en las cortezas de tus
amigos, arboles del fayotal: mujer entregada
a la savia de tus dedos, la que reconcome tus
raíces de hombre en el tiempo de siempre
para las bocas que te demandan  asideras contra
el hambre y su destino: trezos y collares con la trampa
y  la maña para la fuerza animal. Y la medida
del  gabito, punzón estilizado  para  el miedo
en el frío invernal por la pecha en el vacío.
Todo, Manolin, te fluía de los  ojos al  corazón.
¿ Y dónde todo con tu ausencia y mis recuerdos?

domingo, 15 de marzo de 2015


Homenaje a quienes, sin palabras para su vida, sufrieron las iras de tantas tormentas que el destino les deparó. A Maria los vientos de guerra la dejaron viuda y sola e indefensa ante un muro que era todo bestialismo y violencia: el ámbito rural. Huelgan otros comentarios que no sea este poema. 


SIN APELLIDOS: La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento

             - María Colasa.
                                   
                                     Tierra con odio abonada
                                    Es tierra de angustia y hambre



¿Qué del amor si no odio, cuando la guerra? Rompía  el cielo
Y las súplicas de tu corazón ojeaban el hambre,
La soledad y  miseria.

Aullaba el plomo, y  las entrañas sorbían aire
Sin pan y con lágrimas. Xuncías, segabas  y llorabas la  secha del alba,
Antes del amanecer: y nunca llegaba.


Eran ojos fruncidos, manos sarmentosas; hilo y dedal, en la cárcel,
Sin esperanza… ¿Qué de la vida después de la guerra?

Un nombre sin alas, desmochado, fue tu condena,
El plomo en tus alas, el camino al Ícaro
Del responso  civil.




I  m´explicava , como si fos un conte,
el día que els soldats es van endur
la seva mare per afusellar-la
a l´alba contra el mur del cementeri..- Joan Margarit[1]
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[1] Una historia.- Nuevos cien poemas.- Granada 2013.- La veleta.