MANOLíN DE CILIA
¡Manolin de Cilia! Filín de vida en los silencios
de trochas y caminos de siempre, con hambre
de colores y criaturas con la muerte en su libertad.
¡Ay, Manolín!
Sabiduría y alma de roca, piedra
de agua y manantial sereno: cuánto de memoria
en tus recuerdos
libres de pasado y con poso
encendido en la
palabra. Todos los sentidos
moldean tu madurez
y dan forma al alma
de una idea: tu artesanía. Con manos de aire
y de niebla, abres el misterio de la madera
a la imagen, virgen en las vetas del corazón:
son nombres escritos en las cortezas de tus
amigos, arboles del fayotal: mujer entregada
a la savia de tus dedos, la que reconcome tus
raíces de hombre en el tiempo de siempre
para las bocas que te demandan asideras contra
el hambre y su destino: trezos y collares con la trampa
y la maña para la
fuerza animal. Y la medida
del gabito, punzón
estilizado para el miedo
en el frío invernal por la pecha en el vacío.
Todo, Manolin, te fluía de los ojos al
corazón.
¿ Y dónde todo con tu ausencia y mis recuerdos?
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