miércoles, 3 de mayo de 2017

Abrir los ojos para embotar los sentidos y encontrar una razón para ver volver, es un privilegio de quien conoce los nombres de los árboles por sus flores:

 "Dulcemente trágico, dolorosamente feliz, luminosamente oscuro, hondamente claro, oscuramente solar"...palabras del poeta, amigo, J.Manuel sobre este texto ¡Cómo me prestan y alegran!





ESPINERA.
                          sube al Espino,/ al alto Espino donde está su tierra.
                                                                                                                Antonio Machado.

Arrebatado. Blanco en fuego  con tanta flor como brisas
a la comba cimbrean tu perfume de azul  y de miradas por  mi corazón
que te busca  en la sístole de tu armonía floral: no hay números
para la prisión que son tus flores  en el abanico que retrae
tus brotes a una esperanza. Grito último, estertor  de vida, cuando
los mil dedos de los árboles que te viven rozan el perfil de
la sonrisa en tus labios, esbozan, entonces,  como final de lo que fue,
un estruendo de vida y color: su floración. Como la tuya
cual regalo que les hace seguir  en el fruto como el tuyo cuando seas
una procesión de vientos y soles de luz y color. Más de la vida
en esta permanente contradicción a  la que nos obligas cuando mis pasos
son el descanso de la retina encendida por tu presencia flamígera
en el blanco de tus ramitas, los alambres de mis abejas.

Sin tiempo, en el recuerdo del vestido que te orna en el mayo florido,
 espero. Y te pienso en la invernal  cual  asidera donde asientas
tus fuerzas para volver. Quiero el retorno en tu ámbito y me hago presente
con el deseo de ti contra todo: primavera tarda/¡ pero es tan dulce y bella cuando llega!

¿ Cuántas pueden ser antes de que conmigo vayas donde habita el olvido?
Vaciar contigo el alma de una palabra es vivir siempre para volver. ¡O lo que sea!

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