viernes, 4 de octubre de 2024

 
Blas de Otero


Arañando sombras para verte,
en el día y a la fecha,
y sin versos y a medias con las palabras,
es lo que hay a orillas del corazón.
 
No sé si Dios o tu nombre
sois búsqueda para el consuelo.
Sonáis en la lejanía como nube
en el horizonte, simples atisbos del amor,
astillas de esperanza, efímeros
para un alma desolada y errante.
 
Esto es vivir: un camino
para buscar, tan incierto como un fin;
y a la mitad, en el medio, tu nombre
y Dios, un algo para seguir.
Para tener donde los ojos
 nunca  sean referencia  para
evocar los síntomas de la muerte,
con una palabra: mañana.

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