ESCONDITES
¡Me sirven! Los sueños
y las sombras me sirven; son pátina del tiempo
contra el olvido; son mis útiles para los sonidos de tu nombre cuando
suenan a sal y agua
y cuando sonríes.
Te escondo en el reino de
Salomón; y el día 4 de mayo,
a las 0.42, transcribo que el verdadero dolor es una quemadura
infinita. Como ese amor que traspasa, como un viento helado, las palabras en el
granero del corazón. Y es 4 de mayo, a
las 23.24 h.
Como en el salmo, si te olvido que recuerde
siempre a Jerusalén y me seque el alma cuando tu nombre se rompa en mi paladar. Aunque sea el día 5 de mayo, a las
23.53 h.
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