LOS ESPACIOS DE MI SOLEDAD
Para compartir y darles un trozo de vida social,
decirte los espacios de mi soledad, su territorio.
Son especiales. Me justifican. Los entiendo. Me hacen el
caracol
con sus cambios de humor. Por eso te los escribo y son ellos.
El verde, verdigris o celadón, me regala mil palabras
donde quiera, árboles y silencio y herrerillos con sus
búsquedas,
al amanecer. Como mis gentes y sus pecados, tiritan
en mi corazón. No me acusan ni los recuso:
hacen mi sombra
con el silencio y su camino.
Están los nombres
de mis predios con sus rincones.
Y los abertales , llenos de abandono y sin esperanza .
También la casa con el aire que respiran los fantasmas
que me rodean
y sus vigilias y mis recuerdos con sus palabras
y las iras que me irritan los sueños en las noches
descabelladas. Todos me llevan, como el amor,
a su rincón y me hacen el nombre con sabor a mí
y el tuyo, sin voz,
como lastre del tiempo con la marca
de los pasos que
son, por suerte, un simple recuerdo.
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