Es fácil engañar al hombre; al poeta es imposible.
juguetes
La vida nunca es un error ni una impostura:
es nuestro amor.
Supinos y desportillados por la brazos de un juguete,
sin luz en los ojos y con las gotas de hielo
que te macizan el
alma, la oscuridad es camino
de la verdad, el que lleva a tus lagos donde se diluyen
las armas que simulan tu valentía: el silencio.
Tu silencio es reloj sin horario, a contraluz
de los deseos. La mano vuelta que busca en
tu alma, con esfuerzo, la palabra esquiva:
ocultamiento contra la debilidad o máscara para
los sueños rotos, verbo sin luz en el retrete
de la vida: donde nadie
y todos son algo de nada.
Y todos los jueves, desfigurado por las prisas,
con el té en los labios y la bufanda que abriga
tu corazón de cachemira
por una sonrisa,
la esfinge que cultivan tus dedos, en secreto,
busca las señas de
tu nombre en los otros
de mentira, mecanos del destino, miniaturas
vestidas de ambiciones en soldaditos
blancos, figurados en papeles de algodón:
el destino más de miel cuando nos falta el amor.
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