miércoles, 18 de abril de 2018


Como un viento desnudo de alimañas.  




Un aire y  la pátina del tiempo.



¡Un aire! Como un aire. Ni pensamiento ni sentimiento.
Tampoco nombre ni la sombra de una palabra para hacer presencia
con tu recuerdo. Nada.  Como tú, está ahí, lo respiramos y nos traspasa
hasta el tuétano del corazón: es vida. Aunque no le vemos 
ni lo imaginamos, tampoco  lo hacemos ni luz ni agua o color.

Sin pasado, como un presente, eres un barco sin estela y sin horizonte.
Nada te sirve para encontrar el tacto y hacer los relieves
que necesita el amor: un fantasma que hace de la risa
un  Partenón o lo devaneos de los dioses
que nos viajan ocultos   como un deseo, invisible.

Y serás. Aquel pecado sin palpo,  hijo de la fantasía, sin forma
y con la letras vacías, es tu símbolo. Contaminación.
Aire viciado. ¡Qué  pena! Tan joven y ya sin empuje
para hacerte mujer, aunque siempre árbitro de tu soledad.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario