CURIOSIDADES
¿Dónde está el origen de este
mundo geopolítico cuyas líneas fronterizas están marcadas con sangre y con
mentiras? Sin duda que uno de los conceptos que lo sostienen es el denominado globalización, sinónimo de
mundialización, y que supone un mercado único; de ahí la sangre y la mentira y
la pobreza como puntos de referencia para quien lo quiera entender. Y aunque a nosotros nos sirvió para superar el concepto de "terruño" con los novísimos recursos tecnológicos que, en
teoría, nos pueden apartar de la categoría social de patanes; sin embargo en
este pobre país, donde la democracia
está en una jaula de papel, cada vez somos más intransigentes y más crédulos. Es público y notorio la
facilidad con que se nos manipula por las fuerzas del averno sabe dios con qué
miserables fines: innumerables ejemplos dan
cuenta de la fuerza inaudita que tiene internet en cualquier punto de la
tierra como si fuera una canica en manos de un niño. Y hablando de internet, y como casi siempre nos movemos por la curiosidad
cuyo soporte principal es el lenguaje (no existe lo que no se dice), en esta
ocasión nos planteamos conocer el origen de la palabra GOOGLE, lo que hay
escondido en su alma, como si fuera un
ser humano, que lo es.
Sin duda que es el navegador más
usado para entrar en internet, y como
escribe la misma empresa sobre este neologismo, "refleja la misión de la compañía de
organizar la inmensa cantidad de información disponible en el web y en el
mundo."Pero ¿Cual es su base etimológica? Veamos: en el año 1.930 para dar
nombre al número/ 1 seguido de
cien ceros/, Kasner, matemático, mandó a su sobrino que le pusiera un nombre. Éste
le propuso el nombre de googol, a posteriori muy usado en el
ámito cintífico. Y como era un niño avispado, para un número todavía mayor, un /1 googol
de ceros/ le llamó googleplex. He ahí el étimo del navegador,
convertido en un símbolo del seudoimperio americano.
Y para consolar a los
nostálgicos de un pasado, vamos en busca de un símbolo de otros tiempos que
llega hasta nuestros días. Y aunque fueron tan convulsos como los actuales, la
Edad Media y su camino de Santiago nos legaron la concha de vieira, que es el atributo del peregrino con mayor prestigio universal. Y como la vemos
en la carretera cual señal de tráfico, otra vez la curiosidad nos lleva a
describir alguna de sus características, sabiendo, por ejemplo, que en el mundo grecorromano Venus nace de la
concha de vieira y de los genitales de Urano tal como Botticelli lo plasma en
su delicado cuadro con la técnica de las
ropas mojadas. Pero como el viaje del peregrino auténtico no debe estar para
mucho erotismo, nos hacemos cruces cómo aquellos panzudos canónigos de la
catedral la aceptaron si era un símbolo de la sexualidad femenina; pero no es
de extrañar pues tienen el don de la palabra que todo lo puede. Como pudieron
diseñar la ciudad de Santiago como concha cuyas calles abocan todas al centro
donde está la catedral; pero sin ir tan lejos, la que vemos en La Barraca tiene
un diseño que no está de más conocer para ir con la cabeza tranquila a les
vaques. Es una concha estilizada, con nueve líneas que parten de un vértice y
suponen los ocho caminos gallegos más el íntimo de cada cual. Son estos el Francés,
el Portugués, el Inglés, el Primitivo, el del Norte, la Vía de la Plata, la
ruta marítima de la ría de Arousa y el
tramo Muxía-Finisterre. Y con el nueve como número simbólico. ¡Vaya con los
canónigos!
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