domingo, 11 de febrero de 2018





V E N T I S C A: todos quieren estar.

                             Y Dios dirá que está siempre callado. M. Hernández.

En rotación como las ventiscas de tus palabras, un variado ejército
me picotea el alma como si fuese la aurora. Picotean los recuerdos
como si fuesen estrellas  que quitan los calcetines a los nombres
que fueron y que me acechan  para quedarse,  por siempre,
en las aristas de la casa donde el cobijo es la memoria. Lo saben y   
retornan y hacen malabares con mi soledad y el silencio 
para que los recobre y haga presencia donde fueron y quieren estar:
Tal es el lugar que yo me sé[1], como diría Vallejo, y se lo digo
y ellos lo saben también: los álamos de La Huerta, donde
 los cuervos otean la lluvias y las venticas que abren la primavera;
esos álamos llevan el nombre en las hojas del tíu Pachu
quien  sabía del retén de sus raíces contra el afán de la tierra  
por  buscar los  horizontes  allí  donde sí  los   hubiera. 
Los mismos  que busca Frutos entre la hiedra que los abarca
como se abrazan el fuego y el grisú que beben 
sólo  la  sangre minera. Allí quedaste y se fueron al traste
del tiempo  y  con las manos vacías las esquinas que labraste
para  confiar, ay, la vida de los retoños  que llegan.

Pero todos quieren estar: estridente, el mirlo,  con sus gritos,
sin picar llama a la puerta y se ríe de los gatos a los que llama
mininos y no lo entienden. Y la perra de Ramón corre como loca
si la llamo con un trozo de pan, y me dice que la lleve
a ver a las vacas para salir de las penas que pesan como las piedras
que son rateras del hórreo. Y cuando encubro y me pierdo
en el murmullo del agua que me regala La Fuente,  llega Mor
con su mirada  y la vejez  apoyada en el destino
lleno de tantas fatigas como años y risas tiene la pena.
A partir de entonces y sin presente, son minúsculos los nombres
de los que hacen, sin forma,  el camín de La Caleya:
un laurel y los bistechos  son refugio,  color y sombra,
nostalgia de  aquellos tiempos que fueron. 






[1] C. Vallejo. Trilce, poema. 

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