NIEBLA
Un felino. Imagen del silencio arrebujado
en el paisaje, la mirada en
el deseo y un final.
Así la niebla que sube y
sube y se arrastra y llega,
como río de silencio; y
página en blanco de la luz, susurra
a las formas, desmayadas y entregadas, y desaparecen
sin nombre, como la vida en
la nada, sin memoria
alguna de palabras que la
detengan. Así la niebla.
Nunca sus días en mi
corazón.
Como el amor, a la zaga de
sus artimañas. Nunca se sabe.
Gatea y sin picar, entra; y ahí todos los cristales
rotos y cielos sin imágenes
y una esperanza y mil
sueños con palabras. Y
entonces, la infinita
marca que nos lleva al
siempre recuerdo
del amor que balbucea los
nombres
con alma de felino o el
tacto de la niebla o la nunca
y delicada faz del olvido.
Y vuelta a empezar.
- Recuerdo del virus de la corona.
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