Un ejemplo de la masacre masticada por la palabra vacía y falsificada
ITALICA.
… es la vida, más que la muerte, la que no tiene
límites.
G.G.Márquez[1].
Estos, Fabio, ay dolor, versos y campos de soledad,
en esta ciudad de provincias, mustio collado, Itálica,
donde la ruina es
un espectro con alma de pena y
compasión. Sin rayos de la guerra y cobardes roídos
por el oro y el marfil de los hojalateros de pacotilla,
dentistas de tres al cuarto, todo aquí son voces
de silencio mudo: charlatanes
sin honor y rateros
del pasado, saben
que el gran pueblo no suena.
Y mientras repaso jardines en zarzas y horizontes
de ceniza, reliquias de tiempos con humo y chimeneas,
memorias funerales para el nombre de Mieres,
en viernes santo, trágico teatro de fábulas sin
palabras. Mientras abro el día a la esperanza,
y hago música con el ruido de motos que huyen
de la soledad a la
nada, fantasmas de la forma
y petimetres. Mientras en cien metros los kilómetros
son voces de dolor que el alma siente; mientras
todo esto hacia la vida y la primavera,
de la mano las almas cual termas o fieras,
las nuestras, salimos,
parejas, al amor, cual
torres de Dios, que desprecio al aire fueron.
Y sin recato, ajenos a las moradas del lagarto
donde anida la nostalgia, hoy y mañana y
seremos en páginas del recuerdo , contra la
tiranía de la
fugacidad y el desaliento: siempre.
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