jueves, 7 de septiembre de 2017

 Mete miedo poner palabras a tanto dolor que subyace en estos versos del peruano. 




Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!




- La poesía es una enfermedad de la conciencia y sólo tiene una realidad: el sufrimiento, escriben los poetas. Es verdad que la felicidad resbala como arena entre los dedos mientras que las desventuras se clavan en el alma, maceran y obligan a estos versos con estos contenidos.

Difíciles de entender porque nadie se atreve a escribir que la esencia de Dios es el odio. Mete miedo. Sólo si Dios es Ausencia, Vacío, Silencio y Distancia-que lo es-,  justifica  que Vallejo hable de odio para explicar los volcanes que expulsan  los golpes que nos dejan al pairo, mudos y sin palabras. Una lágrima tuya.


Porque la indiferencia nunca es desolación.

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