Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
- La
poesía es una enfermedad de la conciencia y sólo tiene una realidad: el
sufrimiento, escriben los poetas. Es verdad
que la felicidad resbala como arena entre los dedos mientras que las desventuras
se clavan en el alma, maceran y obligan a estos versos con estos contenidos.
Difíciles de entender porque nadie se atreve a
escribir que la esencia de Dios es el odio. Mete miedo. Sólo si Dios es Ausencia,
Vacío, Silencio y Distancia-que lo es-, justifica
que Vallejo hable de odio para explicar
los volcanes que expulsan los golpes que
nos dejan al pairo, mudos y sin palabras. Una lágrima tuya.
Porque la indiferencia nunca es desolación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario