La exactitud de las matemáticas.
Números
No son tus números los que llevo en la piel.
Están en la sangre de mi memoria, incrustados,
a fuego, por el calor de la nieve.
Prisionero de la insistencia ¿cómo salir de las púas de tantos alambres? Son canes feroces los que ladran
Tus silencios, y los miedos cercan y doblegan la espina
De aquella esperanza.
Para que lo entiendas: es el Aramo y sus nubes,
Negras como el amor sin palabras, negra leche
que bebo al amanecer.
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