Ulises encadenado por esta maga de los deseos y de la palabra. Merece la pena la historia para saber en que nos convertimos si nos arrastran.
C I R C E
¡Los deseos, Circe!
En tus deseos, Circe, el corazón de los sueños.
Los deseos, Circe, que retratan,
fieros, a quien reza infernales
pasiones grabadas por mastines en los
espejos del alma: lo sabes.
¡Domesticas el miedo! Para ti, son violines los truenos,
látigos implacables
Tus airadas palabras. Diamantes que horadan las simas de una
Pasión encainada.
¡Los deseos, Circe!
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