miércoles, 9 de diciembre de 2015


Homenaje sin tiempo al  amigo que abrió el camino  del olvido que seremos.


NEL AMARO
                                             Mi Rafael Melero

Poeta del gesto  y  de la palabra, figura  contra la imagen
sin sombra y umbría y gris y llena de silencios
contra los ruidos y la roturas del corazón descosido
por todas las moscas que te hacían del alma candil sin pábilo
o mujer con alcuza camino de sí misma contra la muerte.
Caminos delicados  y de miel  los tuyos, sí,  para una vida ácida,
en vinagre, con sarpullidos en el papel y labios amarillos
por tanto cabrero  funambulesco  de las emociones.

Al fin, agotado y lejos de ti mismo,  embrumado  un día
por la melancolía con galipote y sin dedos para el amor,
un pacharán y sangre  servidos por  la indiferencia 
sin tiempo y con empuñaduras sin memoria,
hicieron de ti el copero de Hades, degustador  fiel
 de los recuerdos  que fueron tu nombre, cual gotas
de lluvia para nada, versos y  tránsitos  sin desmayo
por tu compromiso con la edad, el tiempo y las manos arrugadas
por tanto manoseo de la vida, inconsciente, solo por vivir
amarrados  por  el ansia,  en el aire,  y siempre, a  la esperanza.

Un sin sentido, Nel. Tus desvelos y espumas como marcas
para el vuelo de tus golondrinas ... una historia interminable
de deserciones y aviesas miradas y entrelineas  torvas
que te llevaron, Nel, donde habita el olvido, a la
memoria entre ortigas donde  Pulgu te ladra una caricia.

martes, 1 de septiembre de 2015

 Después de todo, si se quiere sobrevivir,  el amor es  el recurso más importante para superar los efectos de la nada, carente de  señas de identidad que marquen la personalidad de las personas con nombres y apellidos.


Contra la nada.




Con todos los resquicios que  abran las palabras en el formato
 ambiguo de nuestro corazón, hasta donde llegue sólo es un camino
de los dioses todos contra la nada: escuálidos y  faltos de fe, sin  los zumos
de la esperanza, desconfían ellos  del sabor de los silencios y de la risa
y  las miradas. O de  la fuerza toda  de  las nimiedades,  sueños y fantasmas
que pueblan, ideales, los páramos de la razón. ¡Qué importa!

¡No se enteran! Si supieran que  todos los números  o cuentas
de memoria, por los dedos, que las inveteradas costumbres
de las sanguijuelas dejan en su alma, cual secuelas, cuando
de la sangre necesitan para respirar, sabrían que de nada sirven
limites sin pasado para abrir las puertas del amor al futuro:

- Si todo es mañas y picardías sin finitud contra el síndrome
del amor, en la conciencia de la mezquindad, desde los tiempos
 hasta hoy.  Si todo pasa como las naves, como las nubes,
como las sombras... nunca el otoño sería el padre de abril
con sus  lluvias; ni del sol de mayo, cuando hace la calor,
porque hubo un ballestero, dele dios mal galardón, prisionero
que era de la crueldad y la indiferencia, cuya vida no pasó
del octosílabo que hace memoria contra el olvido. Si, como
ves,  todo es  condición, amor, como   madre de la duda,
contra la rotundidad, nada mejor, entonces, que un afecto,
el nuestro, con las paredes recias de nuestra catedral,
el templo de la fe con nidos de golondrinas para borrar
el retorno en el viaje sin  término y siempre sin  fin.   

martes, 23 de junio de 2015

 A partir de aquí, todo y más y mejor.



Aquel  día


Has vuelto a introducirte en mis pupilas
con todo tu poder, y tus imágenes
han poblado de vértigos mi mente
y de alucinaciones mi memoria.- Luis A. Cuenca.


¿Quién lo diría? Entonces, sin palabras para el camino,
un poco de agua y apenas fruta - dos manzanas-contra
la debilidad, empezamos a buscar los cruces donde las sombras
alisaban los cabellos y el sudor con disimulo, 
esbozando una sonrisa, la madre de la complicidad.

Y todas las brisas, las hijas  del amor, suspicaces y llenas
 de dedos , arreboladas , nos oreaban
los ojos del corazón, distraídos por el tiempo
y la experiencia. Quitaban el polvo al pasado,
y hacían cristalinas nuestras sonrisas,  sus tactos
y aquellas miradas que nos cosían al retorno
como una obligación. Y más, como siempre, y lo mismo.

Hasta hoy, a la fecha, un jueves del año  con el sol
a la puerta, y todas las palabras al fresco que buscan
los mil sentidos que tienen las catas del silencio. 

A esta hora, como entonces y sin duda, qué
hielos quemados consumen los roces cuando
nos queremos. Y los artificios, prófugos del deseo,
buscan los besos para su escondite. Como nosotros.
¿Quién lo diría? Después de cuánto, tanto amor
 como ayer para mañana  y por siempre.
Y en un verbo, en  La Arquera, fue todo en  aquel día.

lunes, 22 de junio de 2015

 Bien sabido es que vivir es ver volver aunque las formas sean diferentes. Las esencias siguen siendo las mismas siempre aunque en forma de recuerdos cuya importancia está en el alma que se pone en traerlos a nosotros por medios distintos, como la poesía. 

Caminos
                  … caminos de la tarde. A. Machado

En silencio, sin olvido en la memoria, llenos de sombras
acicaladas por el polvo y el recuerdo , las pestañas
bañadas en  rímel de la esperanza, los caminos. Valedores
sin tiempo  ni risa que los engañe, nuestra infancia
los patea  cuando,  de La Renta a Ramoniz, desde siempre,
el guiño del retorno es hálito y aliento contra la decadencia.

Con  juegos y palabras  o con  las travesuras, nos prestan
la nostalgia como herramienta  en el repaso de la orillas
cuando volvemos ,  y nos esperan con los nombres
de siempre en el regazo , piedras marcadas, imborrables
en las cortezas de la imaginación, el árbol de la vida,
los viejos robles, linderos contra la nada, las cunas que son
de aquellas manos ligadas al amor de siempre y la ternura,
la madre y todos los pasos  donde senderos y  atayos
o caminos son corrientes marinas hacia la vida
en el mar proceloso de la duda y la incertidumbre.

Las rutas del pan contra el hambre tienen tu nombre
cual tablas de salvación, en la sextaferia: todos los brazos
comulgan la sangre de tus orillas en la fiesta de la palabra
y el vino contra las intemperancias del frio,
en el invierno:  esquifes  de sudor por el trabajo
y el olor rompen las brisas, cual olas, para
ser la eternidad, en sueños, contra el hambre, hoy,

y mañana, para siempre, cuando vuelvo. Mis caminos.

lunes, 8 de junio de 2015

Para hablar de nosotros, nos sirven desde Lope y  Machado hasta Fray Luis. 



              Préstamos
                       … es ojo porque te ve. A. Machado.


¡Qué extraño desvarío por la  infinitud del amor
contigo, campo de lágrimas por la distancia en los sobres
de luz y  papel que beben, sedientos,  los gritos
de nuestras palabras. Por las llagas, en silencio,
de tus manos, Áfricas del dolor en los  partos del color
y  del silencio, campos roturados por el tiempo  y la
esperanza, arañamos, en los trasfondos del corazón,
las noches y sus pesos, ese vacío que nos oprime
cuando respiramos las paredes del mañana.

Entonces,  dedos cual garfios en loctite bañados,
entrelazados, asimos, con la  fuerza del color,
en las nubes del presente, las estelas, contra las dudas,
de la firmeza, esa golondrina con las plumas de miel
que abre los cielos cuando llora la tormenta.

Es un decir, corazón. Acuérdate. No existe el miedo.
Cuando nos hacemos que nos rodea, con alma
indefinida, ese descontrol sin luz para los ojos,
nos abre la puerta al oído, con  la música y sus palabras,
 la confianza. Donde  el aire se serena y viste de
 luz  y hermosura cuando suena la llamada
 que porfía, en los turbiones, por los horizontes
que nos abren, en el azul de las sierras,
las galerías del alma para que salgan las nieblas
entintadas por esos fantasmas de papel, sin figura,
vacíos de  interés y de sueños, rotos por la realidad:
nuestro apego al canon de la belleza con las raíces

en  la bondad, hija de  la sonrisa y de  la verdad.

martes, 26 de mayo de 2015



 En un recodo del camino, con un rayín de sol como aliento vital, esta plantina tan discreta, recatada y tímida. 




Biruéganos
                    … algunas hojas verdes le han salido.A.Machado

Con las lluvias de abril y el sol de mayo, vamos del amor a Ramoniz. Cerramos la puerta del hogar y con la flor de la acacia en la retina del corazón,  y en la punta de la sonrisa el tacto de nuestros dedos, hacemos palabras del barro que sombrea nuestro silencio. Y con las piedras que nos marcan el camino, amor,  moldeamos las esquinas  del mañana  que soñamos cuando nos queremos. Y mientras paras y miras y pones nombres a la hojas del roble que te ríe, llegamos donde esperan el cerezo en ciernes, adolescente,  y el ciruelo escondido del voraz apetito del cíclope inmisericorde. Te roban, traviesos,  la ternura del encuentro para las hijas del sol que serán las palmas de sus hojitas en ciernes. Añades, además, los muros del sonido y el silencio: en sus tornabodas, su  vida será el color de los frutos que roben a la raíz en el arcano del corazón.


 Es lo que viste cuando de regreso, asido a la tierra de la orilla, en el camino, el biruégano dejaba entrever un coral que te regalaba el color  y la esencia de la sencillez. Fueron instantes de emoción cuando nos vimos en él , habitante de la orilla donde un día, con las lluvias de abril y el sol de mayo, encontramos, corazón, la sombra de nuestro amor, la vida, en el invierno sin tiempo, cuando llega la primavera  al rincón sin nombre de aquel camín. 

jueves, 7 de mayo de 2015

Un día alguien te pide un retrato. Alguien quiere saber de sí mismo por medio de la poesía. Entonces le pones estas cuatro letras.


El mar, la mar

En el  viaje y rebusca  de tu  identidad, hacia el amor,
escribes la vida y  dejas que el mar te robe
el erotismo en el alma escondido y  ferozmente
en custodia por el león de los siete pelos y las mil cabezas
llenas de ojos, ciclopes de la opresión y represión
sin palabras, griterío del dolor, la sangre blanca
que te ciñe la cintura antes del vuelo
hacia tu libertad, figura de plata y coral
que rodea  tus pensamientos: la mar.

Buceas  y tus pechos de leche y pezón  de nácar, parejo
del otro y perlas de tu propiedad, sin dueño,
los metes sin recato  en  los escondrijos
 y de tanto placer, que no lo sabías,  naces  
en abril hoy y mañana para siempre, la fecha
y  tus palabras hacia la luz, la vida y los aires
 que llevan  un ex libris para el mar y la mar
con tu nombre y  mi nombre  en las letras
que viven en tu alma y en mi corazón.
 Hijas de las olas y  en la arena,  simientes
del amor, serán sangre en el agua y  heridas
de sal, salobres, que curan con la fuerza
de las manos asidas siempre a   mi voluntad.




jueves, 16 de abril de 2015

El río y la gaviota se hacen ríos: la individualidad y los múltiples seres que nos habitan.Nos hacemos juntos con el amor.

Como dos ríos: variaciones.
                      En la misma tela de araña, nos hacemos juntos



Hijos de la diferencia, sus veneros  son de madres y dioses
y fruto de arcanos de un sentimiento: el amor.
 Vestidos de silencio y de brisas,  en  soledad
con  la tierra, rompen  con el agua los surcos que serán,
en el tiempo, campos de Marte, adolescentes
turbiones o  inseminaciones de palabras en piedra.

Serán, en galerías de miel, germen del olor
que tienen  los colores. Y como todos los ríos,
 en la diferencia, el agua y el alma de la paz para
hacer  el amor: aquel año de tantos días, pájaros
 preciosos,  gaviotas  en el circo azul, son horizontes
para  vuelos que buscan los meandros de la vida,
los recovecos y sombras, animalia,  que conforman
su devenir: ambos lo mismo, como  dos ríos
con vida y lenguaje diferentes, camino de la  mar,
se hacen, cual Penélope, en la ausencia: como
nosotros, Ulises de papel y de palabras
asidos a la fuerza del amor,  contra el viento
de Circe y las sirenas, sus cantos en la distancia,
sujetos al  palo mayor , volvemos a Ítaca, al telar
con los nombres y paisajes para nuestro corazón.


martes, 14 de abril de 2015

 Obedece esta idea al ambiente tosco reinante en los ámbitos vitales de tantos que sufren incomprensión y miseria espiritual de este pueblo español, asturiano y comarcal donde se desenvuelven las vidas de tantos que alimentan la sangre de las sanguijuelas zafias  e ignorantes que pululan donde están los caminos que conducen donde habita el olvido.


  POR FIN
           Unas nubes redondas, blancas, pasan lentamente sobre el cielo azul en la lejanía. Azorin
               
Mejor la muerte que vivir sin amor. ¿Será, sin el rayo,
la torre de azul más piedra  para sobrevivir? Estrecho
lazo de muerte para resucitar la vida y buscar el trallazo
que pare el golpe del abrazo: dignidad para tanto nombre
que se esconde en la estampida del beso,  nunca de rutina,
labios ofuscados que son colores del corazón  para el alma.

Te hablo con la sangre, en el rincón de Asturias
que sabes displicente,  donde la miseria mastica
 los sentimientos; los piensa retales y  hacen
del amor un traje raído, pana desvaída
y sin botones, con lamparones de la desidia
en los ojos. Son así: quienes succionan la vida
en nuestro corazón son la envidia y su amiga,
sin duda, la mezquindad: los de siempre.

Es lo mismo. Allá ellos. Somos  tu y yo, y lo sabemos:
esa fuerza corregida por el roce  que revive
la palabra, nuestro fuego, el tacto y la brisa,
la fatiga del tiempo  cuando  sus pasos buscan
las huellas de nuestros dedos. Nuestro ámbito
es la vida y los cielos de tus ojos, sus tormentas,
esas nubes juguetonas que nos miran hoy como
sombreaban, en tiempos, el huerto de Melibea,
donde los amantes se decían, como nosotros,
de hoy para mañana … y siempre. Y miraban
al cielo donde eran, contra el olvido, palabra
en el tiempo, contra la muerte: por fin.



Escribo
para que el agua envenenada
pueda beberse. 

                             Chantall Maillard.

lunes, 6 de abril de 2015

 Sobre las ruinas de Itálica este poema que también habla de ruinas de personas, de ambientes, de decadencia social y de ruindades morales y mezquindad. Sobre estas ruinas, la fuerza del amor, interior, para reconstruir y cumplir los objetivos: "nunca avanzamos, siempre empezamos de nuevo". Largsson.


ITALICA.

        … es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.
                                                                                  G.G.Márquez[1].



Estos, Fabio, ay dolor, versos y campos de soledad,
en esta ciudad de provincias, mustio collado, Itálica,
 donde la ruina es un espectro con alma de pena y
compasión. Sin rayos de la guerra y  cobardes roídos
por el oro y  marfil de hojalateros de pacotilla,
dentistas de tres al cuarto, todo aquí son voces
de silencio mudo: charlatanes sin honor y rateros
del pasado, saben  que el gran pueblo ya  no suena.

Y mientras repaso jardines en zarzas y horizontes
de ceniza, reliquias de tiempos con humo y chimeneas,
memorias funerales para el nombre de Mieres,
en viernes santo, trágico teatro de fábulas sin
palabras. Mientras abro el día a la esperanza,
y hago música con el ruido de motos que huyen
de la soledad a la nada,  fantasmas de la forma  
y petimetres. Mientras en cien metros los kilómetros
son voces de dolor que el alma siente; mientras
todo esto, amor, hacia la vida y la primavera,
de la mano las almas cual termas o fieras,
 las nuestras, salimos, parejas,  al amor, cual
torres de Dios,  que desprecio al aire fueron.

Y sin recato, ajenos a las moradas del lagarto
donde anida la nostalgia, hoy y mañana  y
seremos en páginas del recuerdo , contra  la
 tiranía de la fugacidad y el desaliento: siempre.



[1] Garcia Márquez,Gabriel. El amor en tiempos de cólera, pag.495

domingo, 29 de marzo de 2015


Ajenos a tantos condicionantes, la naturalidad de la vida brota como ejemplo donde menos se espera para quien tiene ojos en el alma. Como la escena que sirve para este texto. 29 - III - 015. 







De natura

                 Un acontecimiento no es un hecho sino algo
                                      Chantall Maillard[1]    


                
En marzo, este domingo,  gris escapulario el día
cuando salgo de casa, imbuido por la  geometría
asfixiante de los pasos que tropiezan con  formas
de compás, ángulos y  regletas - escuálidos jardines
de miseria hijos de la pena por la piqueta, viuda
de la ambición y la memoria-. Hoy, en el parque,
algo, indefinido, del caos por  amor y  la fuerza 
de su vida,  pincha mi corazón cuando, impasibles,
los tres mirlos, rebeldes,  vencedores de la semana,
me gritan porque corren y  viven para el amor.
Son dos para ella y sin recato, globos emplumados
por el ardor, hasta la consunción , inasequibles
al desaliento, rompen la exactitud  en la ciudad 
para decirme,   con pasos desordenados 
y sin descanso, que la vida, más allá del orden
del triangulo, es fractal de sí misma, sin sentido; 
rompen la monotonía cuando el caos y su fuerza
visceral  buscan, de la contingencia, la vivencia
que  me habla, este domingo, quince y velado
 por la niebla, de nuestro amor, cariño, tres mirlos
ciegos, labios color rosa, picos, y sus mil plumas,
nuestras palabras de hoy para mañana y siempre,
en el parque del corazón. Mil ojos que los miren, romos,
y mil veces que los vean,  ni se imaginan, en tanta
 exactitud, la necesidad del caos para tanto amor.




[1] Chantal Maillard.Matar a Platón.Tusquest.pag.31.2012

sábado, 28 de marzo de 2015


Ajenos a tantos condicionantes, la naturalidad de la vida brota como ejemplo donde menos se espera para quien tiene ojos en el alma. Como la escena que sirve para este texto. 29 - III - 015. 
Y mi corazón también espera, hacia el amor y hacia la vida, otro milagro de la primavera. 







De natura

                 Un acontecimiento no es un hecho sino algo
                                      Chantall Maillard[1]    


                
En marzo, este domingo,  gris escapulario el día
cuando salgo de casa, imbuido por la  geometría
asfixiante de los pasos que tropiezan con  formas
de compás, ángulos y  regletas - escuálidos jardines
de miseria hijos de la pena por la piqueta, viuda
de la ambición y la memoria-. Hoy, en el parque,
algo, indefinido, del caos por  amor y  la fuerza 
de su vida,  pincha mi corazón cuando, impasibles,
los tres mirlos, rebeldes,  vencedores de la semana,
me gritan porque corren y  viven para el amor.
Son dos para ella y sin recato, globos emplumados
por el ardor, hasta la consunción , inasequibles
al desaliento, rompen la exactitud  en la ciudad 
para decirme,   con pasos desordenados 
y sin descanso, que la vida, más allá del orden
del triangulo, es fractal de sí misma, sin sentido; 
rompen la monotonía cuando el caos y su fuerza
visceral  buscan, de la contingencia, la vivencia
que  me habla, este domingo, quince y velado
 por la niebla, de nuestro amor, cariño, tres mirlos
ciegos, labios color rosa, picos, y sus mil plumas,
nuestras palabras de hoy para mañana y siempre,
en el parque del corazón. Mil ojos que los miren, romos,
y mil veces que los vean,  ni se imaginan, en tanta
 exactitud, la necesidad del caos para tanto amor.




[1] Chantal Maillard.Matar a Platón.Tusquest.pag.31.2012

viernes, 20 de marzo de 2015

El texto que a continuación dejamos aquí es del   escritor israelí Grossman. En un país convulso, estas palabras dan vida a una realidad personal de quien las hace suyas. Es como decir: cuando escribimos, siempre encontramos el alma de un sentimiento. 


"la literatura es como el amor, hace dejar de ver a la gente para ver a la persona". ¿El amor nos salva? Grossman mira con esa expresión tan suya, llena de comprensión ante todo lo humano. "El amor te hace sentirte en casa, no se si te salva pero te ayuda a vivir. Cuando amas y te aman encuentras un lugar en el mundo, un hogar. Si la experiencia corriente del ser humano es irte hundiendo y envejeciendo, el amor es una forma de ayuda ante ese proceso, una verdadera respiración boca a boca".
La España del siglo XXI tiene los mismos protagonistas que aquella España que llamaban imperial. Es la razón de estos poemas que siguen: Lazarillo, Ya les vale y En Quevedo. Es el triste resultado de modificar sin cambiar nada desde siempre en este pobre pais. Y así seguirá por la cobardía e indolencia del pueblo español, propenso siempre a echar las culpas a otros para obviar su propia responsabilidad.Escribe Reverte en su ultima novela Hombres buenos "que en la España del siglo XVIII pesaban no sólo la Iglesia, sino las tradiciones y la apatía. La sociedad misma. En un lugar donde los nobles no pagaban los impuestos, donde el trabajo se consideraba una maldición y donde daba lustre no ejercer trabajos mecánicos, la tendencia natural era la indolencia y el rechazo a cuanto pudiera cambiar las cosas".
 Los mismos contenidos para esta España que sigue con las  mañas de siempre: modificar alguna esencia para no cambiar lo de siempre: el reparto de la riqueza, la tolerancia y el respeto.

  YA LES VALE

¡Bárbaros de chocolate!…  ¡Ya les vale!. Suaves cual pelusa y
con  ideas sin palabra, caminan a la sombra contra la esperanza
sin identidad. Aprovechan la penumbra y las maquetas
para llegar a los cimientos y socavar, qué ironía, la firmeza
de la convicción: ladrones con los dedos de millón, son liebres
tras los podencos en  la justicia de  papel: ministros del señor,
visten de armiño  la codicia  para succionar la sangre
de la confianza, en bandeja de plata por amor: el voto
de la pobreza   y los hijos de la necesidad: nosotros,
los Pedro Rojas, hombres de viento y  hambres de papel.

¡Ya les vale y ya está bien!  Vestigios de la Historia,
ánimas y fantasmas de almidón, golfos, nos robasteis
la dignidad cuando un fuese y no hubo nada, campea
en  canción de manada de lobos que husmean  la carnaza
en sus correrías por almas y plazas de España.

¡Ya os vale, próceres sin condición, padres falsos
de la patria. Sois la vergüenza con nombre  por cuatro
rubias  de nada,  calderilla en pesetas  que son limosnas
del pobre de ayer, hoy y de  mañana: el tiempo que os corroe,
como el oro, las entrañas. Pillos sin patrimonio, hijos
pródigos, indignos hijos de España, cuánta miseria
aportáis para vivir como dios, en la mierda  de la casta.   

                                                                  

LAZARILLO


¡Aquel niño! Aprendiz de español, prófugo de la inocencia y
fruto de la maldad que engendra la miseria y  el hambre de sus amos,
 recorres España , la historia y sus puntos cardinales, las trochas
de las mentiras  fruto de la mezquindad en el camino a la madurez.
Mi Lázaro, Lazarillo, hurgas las entrañas de los vampiros
cuando tras el ansia infantil, recabas su vesania, la inquina y
avaricia como madre de sus almas: juguetes  insaciables, son
padres del expolio, succionan en silencio la sangre, rotos
por la pasión.  Perros de presa para el silencio que vive en la cruz
del día sin pan sin  centeno  en el hielo sin amor, son hijos
del euro sin dolor, ajenos al cinismo  de la vida y sus partos
con plegarias  de impotencia: saben de la ropa oscura que viste
la democracia cuando nos llega el halo de tu inocencia.

Ya ni el calor de la cama para tanta deshonra como nos peina
cuando nos hablan de impuestos, sonrisas  y lágrimas: flácidos
en sus partes por tanto gozo en las sisas, pavonean sus mentiras
como simples escuderos que limpian, cánidos, la sonrisa con
el polvo de sus creencias: matamos a  la gente y ande yo caliente. 

Nos queda, sin embargo, tu espíritu de lucha, sin recursos que arañar,
para sostener la dignidad. Y  del ámbito en suerte que nos
 toca vivir,  son cuatro ríos y diez picachos con cuatro árboles
quienes acogen los sorbos del cáliz que nos ofrece la rabia
por la indecencia del Rajoy y su corte de pícaros, grajos
sin color y familia: dráculas del dolor en la historia que se repite,
por siempre para siempre, en el alma con tu nombre, Lázaro:
he aquí a tus hijos, úngenos de paz y cómete, por dios, las uvas de la ira. 


                                          En Quevedo.



          … y no halle cosa en qué poner los ojos


Todo es corrupción y belleza en las ruinas de
la inteligencia: olisquear  el proceso que propicia el silencio
cuando los muros pierden los dientes por la edad
 y la flacidez de las encías, es regocijo de la tiranía:
el camino más corto para el nepotismo de la mentira,
 la ruta del poder que se alimenta del miedo  y
 la indiferencia. ¡Tanta anatomía para un esqueleto
que se muere por la acción de los deshielos
que convoca tanta ruindad  como gobierna
la historia de este país, España, con alma de lapin.!

Sin sombras en los campos, trillados por la necedad y
su imaginación, el cuerpo de la miseria con el nombre
de Caín ramonea en los brotes que son fuegos y
almas en tiempos de Torquemada: esbirro de la piedad,
despojos y cárcel  son las cuentas de su rosario.

Siempre fugitivos, ahogados por el aire y la palabra,
con raíz en la impotencia que marchita  los
paisajes y sus horizontes, frontera de la nada,
hacemos torva la mirada y en campana de cristal,
vivimos  un circo de lágrimas  con  carpa de cínicos
que hacen suya la madre y maestra mía, la triste,
espaciosa España: terracota mal cocida por el fuego
del futuro que nace sin pasado  y carece de mañana.



miércoles, 18 de marzo de 2015

En el tanatorio

Una reflexión sobre la condición humana y sus comportamientos en espacios llenos de humanidad, sirve para penetrar con más facilidad en los sinuosos senderos que cruzan el alma. En este caso, es en el tanatorio donde esperamos que otros sean mortales para confirmar nuestra inmortalidad.


                                                                   En el tanatorio


Aquí es la vida. Salvo las flores, que adolecen  de plástico
y de necrofilia, hasta la envidia tiene su hueco en  este desfile
de pantalón y chaqueta  simulados. Ósculos  teñidos
de colores y disentería  marcan los ritmos de las traiciones
y la hipocresía, las miradas no existen y todos los caminos
son lagrimones que riegan el silencio. Las manos son
las tenazas del dolor, y los clavos en rojo  del recuerdo
sujetan el odio con la palabra entre dientes y sus imperceptibles
sonidos de grajos en celo de mezquindad. La distancia es
avaricia que  muere según su peso en oro y sangre
en los cristales  por  la inquina de la sospecha, alma
sin fundamento y de corazón pétreo, ardua y difícil.
Con el hábito de la compasión, transitamos y  hacemos
vida con el disfraz del consuelo y la condolencia
para reciclar los  detritus que saltan de los poros
al circo y la simulación cuando sabemos que fue otro
quien alimenta la inmortalidad sin nombre
que espera en frío  para ser mortal y rosa y mañana.
 En el tanatorio, el sueño  es tránsito retenido, una pausa
y la seguridad de volver para empezar un  poema  lleno
de tiempo y los doscientos fonemas de una sonrisa.    
Desaparecen nuestros mayores y se rompe el frágil hilo de la tradición: cientos de palabras quedan sin referencia y los espacios sagrados de nuestros antepasados quedan vacíos de contenido.Tal como pasó con la muerte de Manolín de Cilia y sus vivencias donde los mitos y leyendas se llamaban  El Aramo . Por eso este homenaje que deja constancia de la tragedia que se avate sobre Asturias pues  quedar sin pasado es carecer de futuro.  


 MANOLíN DE CILIA

¡Manolin De Cilia! Hilin de vida en los silencios
de trochas y caminos de siempre, con hambre
de colores y criaturas con la muerte en su libertad.
¡Ay Manolín! Sabiduría y alma de roca, piedra
de agua y manantial sereno: cuánto de memoria
en tus recuerdos  libres de pasado  y con poso
encendido  en la palabra.  Todos los sentidos
moldean  tu madurez y dan forma al alma
de una idea: tu artesanía. Con manos de aire
y de niebla, abres el misterio de la madera 
a la imagen,  virgen  en las vetas del corazón:
son nombres escritos en las cortezas de tus
amigos, arboles del fayotal: mujer entregada
a la savia de tus dedos, la que reconcome tus
raíces de hombre en el tiempo de siempre
para las bocas que te demandan  asideras contra
el hambre y su destino: trezos y collares con la trampa
y  la maña para la fuerza animal. Y la medida
del  gabito, punzón estilizado  para  el miedo
en el frío invernal por la pecha en el vacío.
Todo, Manolin, te fluía de los  ojos al  corazón.
¿ Y dónde todo con tu ausencia y mis recuerdos?

domingo, 15 de marzo de 2015


Homenaje a quienes, sin palabras para su vida, sufrieron las iras de tantas tormentas que el destino les deparó. A Maria los vientos de guerra la dejaron viuda y sola e indefensa ante un muro que era todo bestialismo y violencia: el ámbito rural. Huelgan otros comentarios que no sea este poema. 


SIN APELLIDOS: La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento

             - María Colasa.
                                   
                                     Tierra con odio abonada
                                    Es tierra de angustia y hambre



¿Qué del amor si no odio, cuando la guerra? Rompía  el cielo
Y las súplicas de tu corazón ojeaban el hambre,
La soledad y  miseria.

Aullaba el plomo, y  las entrañas sorbían aire
Sin pan y con lágrimas. Xuncías, segabas  y llorabas la  secha del alba,
Antes del amanecer: y nunca llegaba.


Eran ojos fruncidos, manos sarmentosas; hilo y dedal, en la cárcel,
Sin esperanza… ¿Qué de la vida después de la guerra?

Un nombre sin alas, desmochado, fue tu condena,
El plomo en tus alas, el camino al Ícaro
Del responso  civil.




I  m´explicava , como si fos un conte,
el día que els soldats es van endur
la seva mare per afusellar-la
a l´alba contra el mur del cementeri..- Joan Margarit[1]
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[1] Una historia.- Nuevos cien poemas.- Granada 2013.- La veleta.