viernes, 5 de abril de 2024

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La chimenea

Si nuestro Ayuntamiento buscase un símbolo que resuma,  con  un golpe de vista, el ámbito rural de nuestro concejo, la chimenea  de aquella casa familiar construida en piedra en una aldea sin nombre de nuestro concejo, sería el apropiado; pues esa chimenea, querido lector de LA VOZ DE LENA, sería el símbolo más representativo para el escudo de LENA que bien se podría modificar para poner en uno de sus "cuarteles" a quienes de verdad sustentaron, con su trabajo y su silencio, el cotidiano vivir desde siempre : desde su fundación por aquel Alfonso X el  Sabio, de gloriosa memoria, hasta nuestros días; para la historia, una chimenea, con su humo en bucle, de una casa rural de cualquiera de nuestras aldeas podría sustituir a tanta clerigaya y a tantas "manos muertas" como figuran en los cuatro cuarteles de nuestro escudo. Rasca un poco la dignidad el olvido sin disimulo de quienes fueron y son conservadores del ámbito rural que nos caracteriza, nuestros aldeanos.Y como siempre con las ideas que rompen una línea de puntos, muy frágil, de la historia, habrá reacciones de los bien pensantes, nobles y sesudos varones,  que alzarán la voz y emitirán todo tipo de juicios contra esta propuesta. Es lo mismo: modificar un símbolo con elementos trasnochados, y que poco o nada contribuyeron a una estabilidad concejil, no es romper con el pasado. Porque si alguien contribuyó a nuestra configuración actual, fueron nuestras aldeas y sus habitantes quienes la conformaron. Y ya está bien, ya es hora de dar a cada cual lo suyo y lo que se merece. Es de justicia.Lo que sí me gusta de este símbolo, la chimenea con su humo en bucle,  es  que a muchos  lenenses, la mayoría, nos habla de huerto al pie de casa, de aquella cocina y  aquel forno del pan, la cena  después de un arduo día de trabajo, las conversaciones y los silencios de las mayores: son muchas las palabras que lleva el viento en el humo de una chimenea,  y que nos hablan  de una vida familiar que, sin prisa y sin pausa, terminará desapareciendo porque cuando una chimenea se muere, la casa familiar queda en nada; la misma nada a la que se llega por el olvido, la muerte y el silencio: como escribe   el poeta peruano César Vallejo, Todos han muerto./Murió doña Antonia, la ronca que hacía pan barato en el burgo,/Murió el cura Santiago.../Murió mi tía Albina, que solía cantar tiempos y modas de heredad, en tanto cosía /en los corredores, para Isidora, la criada de oficio, la honrosísima mujer./Murió un viejo tuerto.../Murió Rayo, el perro de mi altura.../Murió Lucas, mi cuñado.../Murió mi eternidad y estoy velándola.”Pero nosotros, que, por suerte, no somos poetas también podríamos describir con nombres propios el vacío trágico de nuestras aldeas; como escribe el mismo Vallejo: –No vive ya nadie en la casa –me dices–; todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido. Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda.Y antes que la muerte y el olvido y el silencio hablen de pueblos vacíos y abandonados, pensar que merecen un recuerdo y un sitio en la historia real del concejo, no es un disparate; y pensar que nuestros pueblos bien merecen una representación en el escudo que representa a nuestro concejo, tampoco es un disparate. Aquellas casas de piedra de nuestras aldeas que tanto contribuyeron a la historia de nuestro concejo, bien merecen un puesto en la historia que nos costó tanta sangre, sudor y lágrimas.

viernes, 22 de marzo de 2024

 

 Día a día

El arte de vivir el día a día
con  el poso especial de la rutina,
en aquellas primaveras, sin respiro, ´
hace con la vida un enjambre
casi mudo, sin tu nombre, humanizado.
 
 En los pasos de siempre, desganado,
las agujas del reloj ya sin palabras
y sin lágrimas casi, deshabitadas,
huyen del tiempo como lechas
mortíferas del ayer, sin objetivos.
 
Y como siempre, en el día a día, otra vez
y vuelta a empezar y "mañana
 le abriremos, respondía" y los sueños
rotos, cristales de aire en el camino
de mi soledad: opaco y los mil deseos
de nada que me abrazan con tu nombre
en la garganta. Otra marca del olvido
con la muesca del dolor en la mirada.


martes, 19 de marzo de 2024

 

 

 

 

Día a día

El arte de vivir el día a día y un amanecer
con luz y primaveras;  en la sombra y sin mirarlas,
el eco de un enjambre sin palabras, a lo lejos,
cual fantasmas sin horizonte, adjetivados.
 
Y si hablamos de los pasos, sin cuentas
en las pisadas, es un decir: giran sin huellas
y nunca nos dicen las metas, sin objetivos
como agujas muertas en la vida del reloj:
en un verbo, quedan tres para contar
un final. Es el arte de vivir sin números,
letras  sin lágrimas para una soledad.
 
Entonces, en el día a día, roto el sueño
por una rutina, y vuelta a empezar,  suena
"mañana le abriremos, respondía",
con  las dudas de Lope en sus Rimas.

viernes, 15 de marzo de 2024

 

FLORACION

 

En  la ruta de los días, incolora,
 con los vientos del frío que arañan
las luces del invierno, adjetivas,
la vida asoma en solitario
en las flores en primicia del  frutal:
la belleza del silencio, un ejemplo
de perlas diminutas y secretas,
nimias y nacidas en pétalos  del rosa
y del peral . De los mudos entresijos
de la vida, con el amor y las palabras
por igual, son hijos de la luz con los posos
escindidos del dolor: maduración
sin tiempo, infinita, en el frío invernal,
un desamor en los ojos desvaídos
de un corazón: la belleza del silencio
en pétalos de azabache  como estambres
de coral: los del cerezo triste en tu soledad.

sábado, 24 de febrero de 2024

 

El cucho

Gracias a Dios, la gente del campo sale a la calle en defensa de su derecho a la dignidad, como muy bien escribe J.LLamazares. A esta idea  hay que sumar otra: si optaron por esa vida es porque sienten la llamada del campo para  realizarse como personas; no son unos pollinos por analfabetos que no sirven para otro oficio. Y su cultura está enraizada en los tiempos y pasó, en cientos de años,  de padres a hijos hasta nuestros días que parecen ser los últimos. Y que está recogida en muchas ramas del saber sin duda. Sin embargo, como bien dice un cura de Zamora, párroco de cuarenta pueblos próximos a la raya de Portugal, y ya casi vacíos,  "vivimos en un sistema capitalista y para el capitalismo el mundo rural no es rentable." Por eso tantos inconvenientes de las instituciones municipales, regionales, nacionales y europeas para vivir con dignidad en el mundo rural: que si el lobo, que si el jabalí, que si los ecologistas furibundos, que si cortar las cañas de algunos árboles, que si las cuadras, que si esos neo-rurales de fina pituitaria… Todos ellos quieren hacer de nuestras aldeas urbanizaciones como "Valjunco" y a sus habitantes, los jardineros que como decía Feijoo, en el S. XVlll:  "si no es vida más penosa la de los míseros labradores que la de los delincuentes que la justicia pone en galeras". Y aunque esta afirmación para hoy en día parece exagerada, no es menos dramático ver cómo las caserías,  que son la base de la organización de los espacios geográficos colindantes, están condenadas, por demografía, a ser un abertal de árgomas y de artos. Y sin futuro porque, vistos los acuerdos que se firman,  y que sólo hablan de adelantar pagos como mendigos que parecemos de las remesas de la Comunidad Económica Europea. Es vergonzoso. Porque lo que acuerdan. como siempre, es pan para hoy y hambre para mañana. Ni una palabra de los responsables institucionales sobre proyectos para aprovechar los múltiples recursos de que disponemos en esta región. Y que servirían para apuntalar un futuro que no sea un muro contra el que se estrellen las ilusiones.  Ni gurgutan ni se comprometen a nada. También es verdad que los firmantes de los acuerdos tampoco saben pedir, y sólo piensan con el estómago casi vacío. Porque puestos a pensar, el cucho es un recurso que está ahí  y que como ya se decía en el s.XVlll, es la base más ecológica de los cultivos intensivos. Y  si se transforma en humus, duplicaría la producción de nuestros puertos para el ganado y de nuestras huertas para el autoconsumo, tambien. Pues nada, ni por pienso. NI se les pasa por  la cabeza a nuestros ínclitos representantes en todas las instituciones. Por otra parte, con nuestro clima(llueve lo justo y nieva lo necesario), la promoción de los invernaderos por la consejería correspondiente duplicaría las cosechas de patatas, berzas y lechugas tanto a nivel industrial como familiar. Y  nuestros cordales y alcores que multiplican cada año los materiales de combustión que luego son alimento de pavorosos incendios, están abandonados a la mano de Dios: la misma falta de limpieza que mata las brañas de Somiedo donde el parrotal ya arrincona los abundantes pastizales de antaño. ¿Qué decir de  las torrenteras de nuestros puertos que se pierden monte abajo pues nadie piensa en las pertinaces sequías que en el futuro asolarán nuestros pastos? En definitiva, para el futuro de nuestro ámbito rural, nada mejor que el poético "la desolación de la quimera". Sin olvidar, por comparación, que para cargos políticos hay nueve millones de euros,  y que no falten porque si no   la democracia. se resiente: otra tomadura de pelo más.   

sábado, 17 de febrero de 2024

 


El tacto

Arañando sombras, queda el recuerdo
y una historia de amor con mis palabras.
Confeso adolescente, un algo de melancolía
con esta luz del febrero entre los dedos,
rebusco las galerías, con su negritud,
y unos ojos que hablan por sí con sus ansias.
Afanado en ellos, aquellas manos de entonces,
candentes,  orillaban el tiempo y un respiro:
ángel fieramente humano,  en plenitud
del tacto, como el río al mar, su morir
ciegamente, donde habita el olvido, la memoria
 con tu nombre cuando huyo del viento
camino de la nada, la forza del destino.

 

¿Cómo seguir?¿Y el  secreto  tras las nubes del placer?
Imposible entonces romper en lluvia
el mundo abierto del conocimiento, las esquinas,
sí, donde aprendimos los secretos del amor.
Ayer y  hoy,  como siempre  y nunca,
el tacto, fuente inagotable del amor, mañana.

miércoles, 24 de enero de 2024




 Muy al día, en estas fechas, se queman las distancias
en los recuerdos. Víctimas, los verbos en consunción
con la nada nos limpian la vida de toda identidad.
Mas que el otoño y sin la primavera, hasta las figuras
pertinaces hablan de la nada. Y hasta las sombras
mueren en la luz como en la noche oscura del silencio.
Con todo y entonces ¿dónde vivir la esperanza?
Vértigo asir los sueños sin las manos
y un desconsuelo: la muerte de los dedos.
Será un mañana contigo en la memoria
mudo en la figura, sin reflejos en el alma:
un caminar en blanco y sin camino,
extraña relación esa que conforma
un pasado sin palabras en el tráfago del olvido:
la distancia.

jueves, 4 de enero de 2024

 
 
Íntimo enemigo
 
La ausencia, sin entusiasmo, los juegos de la edad tardía,
ignorancia  sin palabras, un devenir  a pasos cuntados, la escalera
que nos baja a la sinrazón del silencio, lo mismo que la nada.
 
Una rotura del viento en el alma, noches oscuras para una alegría que se escapa
en los túneles del amor y  entonces todas las lluvias
salen de tus dedos como los rayos de una esperanza.
 
De nada la huida, por nada el olvido, sin nada el recuerdo. Son pasos
perdidos, intentos de vivir , enemigos  que rodean
la cintura como el destino: pesares íntimos, agobiantes,
las dudas noctambulas que sonríen  
con las espitas de una  de un corazón. Sin mañana,
imposible recoger en las cesta de los sueños
los tiempos de primavera previo el conocimiento:
tu presencia en el arcano es alma infinita
para un recuerdo, leve pluma de sisella enamorada.
 


lunes, 1 de enero de 2024

 

 

Los neo-rurales

La escritora Ana María Moix, hermana del novelista Terenci Moix, publica el día veinticinco  de febrero de 2012 un artículo que se titula "Mobbing" rural. Describe con clarividencia  la difícil convivencia que hay entre el urbanita que llega a la aldea como gitano con corbata,  y los aldeanos de siempre, sus habitantes naturales. Y sin razón alguna que lo justifique, entre recién llegados y moradores se establece una relación que en ocasiones puede llegar a ser hasta tensa y complicada.  Las formas de vida tan diferentes chocan porque proceden de trayectorias vitales muy diversas: mientras que el urbanita cree que en el campo la bondad es intrínseca a todos los seres vivos  (animales, vegetales o minerales) en la aldea, la vida y la muerte conviven pacíficamente porque para vivir unos tienen que morir otros: el "pitu de caleya" antes fue un gallo cantarín que a las seis de la mañana toca a diana para que ellas cumplan con su función primordial que es poner huevos. Dicho con otras palabras, hasta tal punto se roza el ridículo en esta difícil convivencia, sin razón de ser, que el urbanita, en sus escritos administrativosa, hasta se inventa enfermedades de los nervios, desvelos nocturnos, olores irritantes para su delicada pituitaria o cierres de caminos de uso vecinal como si fuesen de su propiedad. También despiertan su inseguridad o miedos los perros sueltos, las cencerras malsonantes o unas vacas,  con sus bonicas, que pasan  delante de sus casas, y pretenden que sus dueños las quiten porque los niños las pueden pisar. 

 Sin embargo, además de estos especímenes someramente descritos, también los hay educados que sencillamente aplican el principio básico de "vive y deja vivir": son prudentes y respetuosos. Gente normal que preguntan antes de emitir un juicio  sobre los usos y costumbres tan arraigados entre las gentes que serán sus vecinos, y que aprecian su compañía. Y la agradecen porque están hartos de su soledad porque en las caleyas ya no hay niños que jueguen al piocampo.   

Con las ideas anteriormente expuestas, nos adelantamos  a los tiempos que se avecinan por influencia de la "alta velocidad española"(AVE) que cruza nuestro concejo, rauda y veloz como el paso de un ángel. Y entonces, sin duda y con el tiempo, nuestros pueblos con sus paisajes serán objeto de deseo de gentes de la España rica;   y buscaran, en nuestras aldeas, el sosiego contra el ruido que aturde sus días con sus noches. Por eso, y para que no pase lo que describe la escritora catalana,  nuestro Ayuntamiento tendría que prevenir para defender al paisano con una ordenanza municipal  donde se especifique que una aldea no es una urbanización. Y convendría, además, colocar un metacrilato a la cabecera de los cuatro valles que conforman nuestro concejo, y en letras bien grandes, como hicieron en Llanes,  se describa asuntillos propios de nuestra vida ancestral; decir, por ejemplo,  que los perros ladran, los gallos cantan y el cucho cría  mirucos y sus aromas  desmayan las voluntades, diría JM.Pemán. La modernidad y el futuro vienen junto con este acrónimo: AVE.