miércoles, 27 de marzo de 2019






En la plaza.


En la plaza, hermosamente bello es recoger
las caricias del viento y de la lluvia;
como las sonrisas,  son misceláneas  
con  los dígitos; al tiempo,  las  palabras
ríen las sombras que pían
en el sonrojo del siempre amanecer.

El universo sin papel.

Es hermoso, también,  el color
del  deseo  en el silencio, allí,
en la plaza; porque  unas manos preguntan
el destino,  fiadas en el mañana de fuego
y caracol: la intemperancia del vivir
que huye por el fluir entre unos dedos
es el misterio que busca resolver.

Porque es hermosamente bello
convivir y fluir y  salir del ti pa ti y sin mi,
sin nombre; como un afán invisible
es hermoso y  bello mezclarse y
sentirse bajo el sol,  vivo e impelido
a romper las orillas de un  Pontón desbordado,
el  imaginario vestido por  esa llama azul.

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