sábado, 22 de junio de 2019






Convivir en Reconcos

Un silencio furtivo,
la ayuda para encontrar las palabras que,
tras la sebe, se ocultan, miedosas del amor.

Y la vida en penumbra, sin formas, almas sin sonidos,
pasos sin huellas y silencio. O más que silencio:
conversar con la oscuridad, sin ojos, sin sonrisas,
con el tacto corroído por el color y los vientos ...
eso es la vida, como un agua amarilla.

Convivir y vivir es marcar distancias y alejar los nombres
de las fechas y de los calendarios que llevan la muesca
del verbo olvidar como síntoma.
 Y las grietas del corazón,
las simas que nos llevan por los insondables
al centro de la soledad, donde todo y solamente
son árboles y nubes y los cambiantes caprichos
de un aire que se dice juvenil cuando nos deja
donde habita el olvido
 y sin palabras o peor,  en blanco.

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