miércoles, 9 de febrero de 2022

 

 

Quemamos

Quemamos mil palabras para buscar  dos besos,
y quemamos el silencio para sofocar sus lágrimas.
Quemamos los caminos que nos daban salida
a unas manos quemantes que buscan destino.

 

Escribimos conjuros y miradas sutiles
con tinta amarilla y  ajena al deseo.
Sabemos del tiempo que espera, impaciente,
su historia de sangre que sabe a derrota.
 
Es lo que queda, con tanta ceniza, apenas
en polvo como un recuerdo
vago y sin sombras, en la noche helada,
mudo y ajeno a las cuitas de entonces.

 

Cual barco, varados, en la otra orilla,
nos agobia el silencio y buscamos la ayuda
en las mil palabras por si queda alguna
con signos de besos o medias sonrisas.

 

O que tengan la fuerza  de seguir viviendo
a media distancia, entre inciertas dudas
y  nostalgias tristes que se repiten y dicen:
y tu dulce voz ¿en que cuya oreja suena?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario