sábado, 16 de septiembre de 2017

Un ejemplo de la masacre masticada por la palabra vacía y falsificada

ITALICA.

        … es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.
                                                                                  G.G.Márquez[1].



Estos, Fabio, ay dolor, versos y campos de soledad,
en esta ciudad de provincias, mustio collado, Itálica,
 donde la ruina es un espectro con alma de pena y
compasión. Sin rayos de la guerra y  cobardes roídos
por el oro y el marfil de los hojalateros de pacotilla,
dentistas de tres al cuarto, todo aquí son voces
de silencio mudo: charlatanes sin honor y rateros
del pasado, saben  que el gran pueblo no suena.

Y mientras repaso jardines en zarzas y horizontes
de ceniza, reliquias de tiempos con humo y chimeneas,
memorias funerales para el nombre de Mieres,
en viernes santo, trágico teatro de fábulas sin
palabras. Mientras abro el día a la esperanza,
y hago música con el ruido de motos que huyen
de la soledad  a la nada, fantasmas de la forma
y petimetres. Mientras en cien metros los kilómetros
son voces de dolor que el alma siente; mientras
todo esto hacia la vida y la primavera,
de la mano las almas cual termas o fieras,
 las nuestras, salimos, parejas,  al amor, cual
torres de Dios,  que desprecio al aire fueron.

Y sin recato, ajenos a las moradas del lagarto
donde anida la nostalgia, hoy y mañana  y
seremos en páginas del recuerdo , contra  la
 tiranía de la fugacidad y el desaliento: siempre.




[1] Garcia Márquez,Gabriel. Tiempos de cólera, pag.495

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