lunes, 30 de octubre de 2017

Homenaje  con palabras nunca fatigadas. 


Eligio del Castillo, LIGIO.



La gratitud es el sentimiento  obligado de  las personas  de bien con  quienes contribuyeron de alguna manera a mejorar algún aspecto o circunstancia de nuestra vida bien individual  o como miembros de una colectividad. Este sentimiento no es  para zafios ni rocines  que tanto abundan en este país. Es el  sentimiento  propio de quienes tienen principios firmes, y saben reconocer que  la ayuda recibida  nunca supone una humillación por una debilidad. Por eso el refranero español, como depositario del sentir y del saber popular, nos dice que es de bien nacidos ser agradecidos. Nadie más ruin, por tanto,  que el  desagradecido, dicho sea con todas las letras  en román paladino.

Aunque no es el caso de quienes organizan  el homenaje que se brindará a  Ligio como fotógrafo cuya vida fue sujetar,  contra el tiempo,  la figura de sus vecinos en un espacio nunca virtual. Porque la vida de Ligio  es un clic que captura un instante, una vanidad o una sorpresa; no lo puede evitar. Cuando el blanco y negro de  su cámara  se plasma en una fotografía nos dice que una forma de ser es una forma de ver y una forma de ver es una forma de ser: Ligio es la    discreción personificada  con el saber profundo del castellano quien como Hamlet, le contesta a su tío que sigue la dieta del camaleón: - me alimento de aire embutido en promesas.


Hay que decir, además,  que un elemento fundamental en su mundo espiritual es la nostalgia que nos regala a cada uno cuando,  por esa costumbre que tenemos de vivir,  entramos por el ojo de cíclope de su cámara fotográfica. Porque la fotografía utiliza la luz para escapar de la oscuridad, nos hace recuerdo y un nombre propio, una identidad bien definida cuando la magia del clic de Ligio captura nuestra estudiada espontaneidad. Por eso  Ligio está profundamente ligado a nuestros paisajes y paisanajes; porque  Ligio es la fuente principal para cualquiera que escriba sobre la sociedad lenense, su  historia o la cultura que propiciamos como sociedad viva que se busca a sí misma sin prisa y sin pausa. Sabemos que en  los últimos 40/50 años, la retina de Ligio y su cámara,   con  la luz como propietario principal ,  crearon  los iconos que nos definen como colectividad  entre lineal y quebrada.  Por  sus cientos de fotos, transitan nombres y fechas y saberes y alumnos y sus cámaras que ya forman parte de nuestro patrimonio tanto como su saber estar, su ponderación y su discreción: un homenaje a este maestro de la fotografía es recoger el pasado para poner las bases de  un futuro en paz y prosperidad: es hacernos jóvenes con el tiempo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario