miércoles, 6 de julio de 2022

 

 

En soledad, acompasado al silencio, me busco
sin límites de la nada y la ilusión
de las palabras. Rebusco en los insomnios
sin saber cuántas sombras son
realidad del alma que me habita. Oscuros
caminos que son laberintos o galerías
de los sueños me traen el eco de tu nombre,
allá, en la lejanía. Retornan de profundis,
un clamabo vital y remembranzas de guiños
y hambres que flotan y viven del deseo,
fantasmas de mi oscuridad: los caminos insondables
 de los monstruos de la razón.
Nos zarandean, hacen de  nosotros un pálpito
infernal, siembran la duda  de un que se fue
de la vida que me acuerdo pero dónde está:
memento, amor, que un día fuiste
y serás como el día que llora porque
se repite a lo que llaman recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario