lunes, 25 de julio de 2022

 
  
 
 
 
Mis huesos


Son el clamor  de la vida; te dicen la edad y cargados de tiempo
y de resistencias, se ríen en sus soliloquios
del vocabulario que te exigen los nombres
para su definición. Nunca memoria ni recuerdos,
nos hacen presentes con sus risas y la mitad
de nuestras palabras: una ironía del vivir.
 
Nada saben del amor ni de sus sobresaltos.
El vocabulario de azul y rosa pasa al silabeo
de la tristeza y sus ayudantes; apenas un recuento
informal  del  tacto sutil  y efímero, aventurero,
allá cuando Dios quería, infinita bondad y misericordia
que nutre de nostalgias la vida entre mis dedos.
 
Mi compañía sin soledad, me hacen el reposo, inmerecido
descanso para los juegos en la edad tardía.
Gustan de los
arboles y de las miradas
y hacen con la lluvia y sus humedades
la alegría de un caminar: se puede, adelante,
tuyos son los vientos que alientan tu caminar ,
que te hacen pensar
en la duda  siempre y su  posibilidad.
Mis huesos, compañeros huidos
en el monologo de  una pasión. 

 

 

 


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